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lunes, 23 de abril de 2018

Árboles marchitos

Rememorando los días primeros del diario virtual, donde, tras una tarde, o un día intenso o de reflexión, me sentaba enfrente de la pantalla, y escribía el sentir, derivado de las recientes horas acontecidas.
¿Qué cambió desde entonces?
¿Por qué dejé de tomar esas instantáneas, que se convertían después en notas, algunas breves, otras sumamente íntimas y reflexivas, siempre expresadas en palabras?
Tal vez porque sabía que contaba con público. Porque, al final del día, fuera yo arquitecto, catedrático o escritor, habría quienes abrirían la liga respectiva para leer el texto, y despertar comentarios agrios o en desacuerdo con mi manera de ser y de pensar.
Debo confesar que esos lectores, raras veces lo hacían.

Hoy, doce años después de la primera publicación en nuestro diario de colores y diseño pobre, vuelvo al origen, y escribo por escribir, sin intención alguna, sin objetivo o meta previos.

Sólo recuerdo al amigo que estuvo, y que hoy no se encuentra ya. Quien ha buscado entrar una vez más, tras años y años de vacío, pero al que no permito el acercamiento. No más.
Han sido años y años de separación y distanciamiento.
Llega un momento en mi vida, donde decido proseguir la caminata en soledad, no porque ya no estime o ame al amigo antiguo, sino porque la Amistad es una planta que se ha marchitado, y cuyos cuidados ausentes impiden regresar a lo que antes fue, y que hoy no ha germinado más.

El árbol en el que juramos convertirnos, se encuentra en medio del Vacío, del espacio urbano, en medio del tránsito arquitectónico y citadino, formando parte y sin formar, habiendo crecido para convertirse en un simple elemento de ornato más, sin un sentido humano específico.

Eso fuimos, eso somos.
Nuestras decisiones nos llevaron, a lo que no podemos abstenernos de ser, porque el Tiempo, en eso, nos ha convertido.

Escucho:
What's the frequency, Kenneth? |  Imitation of  Life || R.E.M.

De las tortugas azules al reggae

La primera vez que escuché a Gordon Matthew Thomas Sumner y a Orville Richard Burrell juntos, fue en un compilatorio de Música pop, que data del año mil novecientos noventa y seis. Los temas respectivos fueron: `Let your soul be your pilot´ y `Boombastic´. Mientras Sting realizaba un viaje de introspección que nos trajo uno de sus álbumes más personales, íntimos y reflexivos tras una carrera de ritmo y Alegría, Shaggy experimentaba con el reggae, bailable y despreocupado.
Jamás imaginé que veinte años después, escucharía a ambos artistas colaborando en una misma melodía. Más extraño aún: en un mismo álbum.

Sting fue siempre de los artistas favoritos, desde la década de los noventa. Curiosamente, lo conocí fuera de su etapa dentro de la agrupación The Police. La primera melodía de su autoría e interpretación que me cautivó y me hizo poner mi atención en su trabajo fue `When we dance´, pero casi automáticamente, todo su repertorio como solista fue marcado dentro de nuestras listas de artistas preferidos.
De Shaggy no puedo decir lo mismo, ya que sólo escuché un par de sus canciones, que si bien llamaron mi atención, no me convencieron para convertirme en fanático musical de su propuesta.

Al contrario de muchos tal vez no me parece descabellada la colaboración y la integración de estilos entre estos dos artistas. Gordon Matthew ha tenido arranques de reggae y sonido jamaiquino en algunas de sus composiciones. Quizá desde The Police, mucho de esta influencia se hizo presente y definió un poco el estilo revolucionario y liberal de la banda. Ya como solista, la influencia fue menor, pero no por eso dejó de ser evidente y bien integrada a su característica elegancia al momento de componer.

Durante los últimos años, Sting comenzó una travesía de introspección, que le llevó a desaparecer de la escena musical popular, centrándose más y más en la expresión de profundas reflexiones personales, que invariablemente reflejó en su actividad compositiva y musical, lo que le llevó a alejarse de los escenarios y de la fama a la que nos tenía acostumbrados.

Es irónico que tome una decisión tan arriesgada como ésta, que marca su regreso al ambiente popular, y lo haga con un género como éste. Recuerdo aún la entrevista de David Eric Grohl, vocalista de Foo Fighters, quien confesara que para el regreso de su agrupación, en su más reciente álbum `Concrete and gold´, tomara el espíritu de reguetón​ como base del tema `Run´, con los acordes de las guitarras y el ritmo definido para la canción. Gran mayoría de artistas de naturaleza y corte latinos han optado por el reguetón como base musical de sus álbumes y composiciones contemporáneas. La tendencia es mantenerse actual a través de este ritmo, y sus derivaciones.

Como sea, Sting ha tomado una decisión similar, y tras haber apostado por el reggae, regresa con un álbum de producción cuidada, de buen gusto, sólida, y con el característico sello del británico, quien al parecer opta por el anhelo de los grandes escenarios y no dejar perder el éxito conseguido a lo largo de su extensa carrera, alejándose ahora de aquella reflexión que lo obligó a mantenerse en una faceta íntima y privada durante la reciente década, donde la Luz del Sol no figuraba más.
Una manera elegante de mantenerse vigente.

Imágenes [editadas digitalmente o no] tomadas de las respectivas ligas:

Escucho:
Don´t make me wait | Sad trombone | Love changes everything || Sting & Shaggy
Run | Foo Fighters

lunes, 16 de abril de 2018

Inspiración en la Arquitectura

Al buscar reencontrar la Pasión por la Vida, y por nuevas experiencias, me percato que la Arquitectura representa un eslabón fundamental, una base y roca de cimiento, que me ha permitido llegar hasta este sitio y momento existencial.

Gracias a ella, su Belleza y Perfección basada en la Imperfección, es que descubro la bendición que significa el permanecer vivo, y experimentar cada día con la creciente ansiedad de nuevos momentos y sensaciones, que me lleven a lugares donde no me he atrevido a ir jamás.

Dejarse influir por la experiencia arquitectónica es siempre una grata retroalimentación, en todos los sentidos.

Imagen tomada de la cuenta en `Instagram´ @architecture_minimal:

Escucho:
Wrong (Todd Terry Unreleased Freeze Mix) | Everything but The Girl

domingo, 15 de abril de 2018

Gigante

`Eres lo que tú decides ser´.

Una de las historias animadas favoritas es, sin duda, The iron giant, una narración de dibujos animados dirigida por Brad Bird en el año mil novecientos noventa y nueve.
La historia, simple, directa y profunda, llega a su clímax reflexivo en citas como: `Es malo matar, pero no es malo morir´, pensamientos que me hicieron, en ese momento, salir completamente de contexto y analizar nuestra existencia humana, nuestros valores, y aquello que nos mueve en la vida.
Las referencias, clásicas de una historia de cómic, hacia Superman, y las reflexiones extraídas de ello, lograron sembrar en mí una semilla de profundidad y visión, y siempre dirigir la Creatividad hacia un sentido mayor, anhelo que me esfuerzo por cumplir hasta el día de hoy, aún en medio de las circunstancias adversas.

Historia publicada en nuestra cuenta
 en Instagram, el 11 de Abril de 2018.

Escucho:
Macy Day Parade | Michael Penn
Brain stew (The Godzilla remix) | Green Day 

sábado, 7 de abril de 2018

Arquitectura y profundidad humana

Click en la imagen, para agrandar.
La Arquitectura siempre ha sido y será una parte esencial en mi vida, que dirige mis pasos, y alimenta a mi espíritu.
Ella me enseñó a observar, a experimentar, a habitar absolutamente cada instante que he vivido. Llamo habitar a la acción de vivir desde mi lado humano, cada sitio, cada momento, cada circunstancia o cada persona que se haya cruzado en mi camino.
Llega una etapa en tu línea de Vida, donde añoras la Soledad y el Silencio, quizá por el excesivo ruido que existe fuera, y valoras a la Arquitectura como una joya, ya no vista como un producto exclusivo y obligado de tu imaginación creadora, sino como una maestra de Vida, como una consecuencia humana que tiene mucho que enseñarte. Las obras guardan valor, no por quienes fueron diseñadas, más bien por la calidad humana que permiten que se geste dentro o en las inmediaciones de ellas.

Las obras arquitectónicas guardan vibraciones energéticas, vivencias y lecciones que el Hombre expresa y recibe al mismo tiempo, en un incesante proceso de evolución creativa y espiritual.

He tenido la grata fortuna de conocer, recorrer y habitar espacios arquitectónicos y urbanos que han trastocado mi ser entero. Hace mucho que desistí de la necedad de creerme merecedor de diseñar y construir espacios que puedan transformar la vida de las personas, altanería que sólo alimenta falsamente a un ego desenfrenado. Prefiero laborar con los seres humanos, aprender de ellos, guiarlos en la comprensión de las variables que sirven de piezas para diseñar y construir sus propias vidas. Sus espíritus enseñan a mi espíritu, la Verdad sobre la Vida.

Así las cosas. Los textos escritos, retoman la esencia de la Arquitectura de la Antigüedad de mi país. La metodología utilizada como terapeuta alternativo, rescata el proceso metodológico desarrollado a lo largo del diseño arquitectónico. Las imágenes y proyectos visuales, tienen siempre a la Arquitectura de fondo y contenido.

Ser arquitecto no es sólo diseñar y construir. Dedico sin pudor estas palabras a las mentes estúpidas que me atacaron con premisas, expresando lo contrario. A diferencia de ustedes, he comprendido que ser arquitecto es una actitud natural e innata, no un carácter forzado y aprendido, donde sólo inflan el ego que creen que los define, con títulos y reconocimientos, que los alejan de su verdadera calidad como seres humanos.

Ser arquitecto no es una definición o un concepto, no es cumplir una serie de requisitos académicos o técnicos, que, finalmente, no te dictan cómo satisfacer las necesidades espirituales más profundas de las personas a quienes sirves.

La Arquitectura también existe para transformar nuestras vidas e inspirarlas, en lugar de creer que sólo existimos para diseñar y materializar espacios. Quien crea que ser arquitecto sólo es la construcción, o acciones aledañas, ha fracasado como ser humano.

Texto inspirado por la fotografía de Chichén Itzá, de Adampol Galindo, compartida en esta nota.

Escucho:
Gift of flesh | Def Leppard
The tired and the hurt | Moby

domingo, 1 de abril de 2018

Grises narraciones

Reescribo mi primera novela, que data de décadas atrás. Mi mascota duerme plácidamente a un costado mío, en su cómoda cama de tela, mientras ella y yo escuchamos a The Beatles, y su Álbum blanco.
Recuerdo nítidamente las melodías de The Beatles, en algún punto de mi pubertad, siendo escuchadas por mi padre, quien tiene gran parte de los álbumes del grupo. Él, sentado en lo que ahora es su despacho, trabajando, dibujando, resolviendo ecuaciones, estudiando.
No fui consciente de la existencia de la agrupación hasta hace cerca de una década, tal vez.
Ahora, mientras reescribo una historia, anclada profundamente en mi profesión madre, la Arquitectura, recuerdo tantas cosas, entre memorias, sensaciones, vivencias espaciales.
El atardecer transcurre tras un cambio de horario, y caigo en cuenta, con cierto pesar, que las vivencias originales que dieron pie a esta novela, no aparecen ya claras en mi mente, más bien como recuerdos borrosos ocultos entre las líneas que reviso una y otra vez.

La Música me acompaña plácidamente, con este puñado de melodías que me mantienen activo y animado, alimentando mi claridad mental. A lo largo de los recientes meses, he saltado de géneros musicales a otros, y me he hecho acompañar de propuestas musicales varias y diversas.

La historia que hemos extraído y desempolvado de la mesa digital de trabajo, nos ha traído gratos recuerdos, secuencias narrativas que sientan las bases de muchas historias posteriores a ella. No lo sé, tal vez escuchar a The Beatles es un perfecto backstage no original en este momento. Si bien estas melodías no estuvieron presentes en la génesis de la narración, si me permiten obtener la fluidez necesaria para inmiscuirme de nuevo en ella, y reencontrar su espíritu, y traerlo de vuelta al presente.
Una tarea nada sencilla, debo concluir.

Escucho:
Ob-la-di, Ob-la-da | Martha my dear || The Beatles