El resumen de la marca de Streaming ha arribado esta semana a mi móvil.
No pude evitar poner atención a las listas compartidas,
donde fui testigo de los cambios radicales
en relación a los gustos musicales, álbumes y artistas que decidí me
acompañaran a lo largo de este año, cuyo final se acerca.
Dos años ya vividos en Pandemia.
Antes solía decir que la Distancia
no era algo que me afectara. Hoy no estoy tan seguro de ello.
A once meses de la ruptura de una relación que definió mi
vida en muchos sentidos, existen aún circunstancias que no he terminado de
procesar, asimilar, y diluir.
Mirando a detalle la Música
que me acompañó durante estos recientes meses, he sido consciente de la Dirección que tomó mi camino, tras la Decepción y la Ira, con las que apuñalaron una parte de mí.
Fue durante estos meses que aposté por el Streaming como
medio para expandir mis gustos musicales, reconociendo que fue esta decisión la
que me llevó a levantarme tras la Depresión profunda.
A lo largo de las semanas, y los meses, fue reencontrando
sentido a las cosas gracias a propuestas desconocidas, géneros a los que jamás
me hubiera acercado de no ser por el Dolor experimentado, que me llevó a salir
de mi zona confortable, emocionalmente.
Tal Evolución me
hace desconocer la lista de gustos musicales del año anterior, donde –quizá– mi enfoque existencial se
encontraba en la Ilusión del Amor y compañía que dura toda una Vida.
Si algo te agradezco,
es el Daño profundo que causaste con tus miedos y tu Ira.
Es irónico –y
hasta cierto punto, triste– que sea
el Sufrimiento lo que motive al Desarrollo y la Evolución, y te obligue a redefinir tu Enfoque y las metas hacia
donde canalizas tus esfuerzos de Vida.
Ha sido un año complicado, vivido a partir del Enojo y la Ira. Es la primera vez que debo vivir con estas emociones como
constantes compañeras.
He aprendido que te mantienen presente y alerta, y me
he esforzado en acceder a ellas, a sus lecciones, a la Vulnerabilidad que me hacen sentir, para aprender, para ser mejor persona.
Eso me ha obligado a ser más objetivo, analítico, prudente
con las emociones, pero me ha hecho comprometerme aún más cuando encuentro
circunstancias a las cuales entregarme para aportar, crecer, desarrollarme.
Sólo David Gray
aparece como artista clásico en mi
lista de preferencias musicales. Lo sigo, y escucho su Música desde hace veinte años.
Es lógico que no soy la misma persona de ese entonces, pero
me agrada creer que he cambiado lo suficiente, manteniendo cierta esencia, que será siempre lo que me
caracterice como ser humano.
La Música –finalmente– es otra manera de expresar
y valorar quiénes hemos sido, y lo que anhelamos ser.
Escuchando:
Arriving somewhere… Album
| Porcupine Tree