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viernes, 24 de noviembre de 2017

House of cards

Los recientes meses han representado un período de intenso cambio, que me ha obligado a detenerme por completo (lo que jamás había hecho en mi vida), y reencontrar el equilibrio perdido.
La analogía es poderosísima. Este momento es como una casa hecha de cartas, cuya Fragilidad es una especie de Belleza no observada, ni vivida, antes, hasta ahora. A este momento lo acompaño con buena (y nueva) Música, como siempre he hecho con cada período de mi vida. Ahora más que nunca, la Sencillez, que raya en lo minimalista, se mira al Horizonte.

Dicha Fragilidad es efímera, delicada, momentánea, tanto, que tengo miedo de respirar siquiera para no tirar al suelo las cartas con las que está hecha.
Contengo el aliento, mientras sonrío. Jamás me había sentido tan en Paz conmigo mismo.

Escucho:
Silver linings [Cd 1]. Álbum by Milow

Pyramid song

Todos requerimos un período de mantenimiento, tras los cambios, los daños, las afectaciones, o demás circunstancias. Porque no somos capaces de comprender o vislumbrar el papel que jugamos dentro de la realidad toda, en ocasiones necesitamos detenernos, reflexionar, y realizar los ajustes o adaptaciones, acorde a las lecciones, al aprendizaje que hemos acumulado al paso de los meses, de los años.

Irónico es que, en la mayoría de los casos, este tiempo fuera arribe o sea aceptado y tomado, sólo tras eventos críticos, después de acontecimientos drásticos, accidentados y sorpresivos, que desestabilizan quiénes somos, obligándonos a replantear aquello que queremos llegar a ser.

Escucho:
Midnight | Texas
How am I supposed to live without you | Michael Bolton

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Retrospectiva radiofónica

Desde hace varios días, nos dimos a la tarea de adentrarnos en el universo virtual de nuestra memoria de datos, extraíble, exclusivamente para rescatar y retomar los proyectos literarios de antaño en nuestra vida.
La primera novela que comenzamos a escribir, data del año mil novecientos noventa y cuatro, por lo que esta inmersión digital en el pasado, se concentró exclusivamente en encontrar los archivos de estos primeros libros escritos.
En medio del proceso, nos tomamos unos días, agendados meses antes, para una salida de la ciudad y cumplir con ciertas actividades.
¡Cuál sería nuestra sorpresa al reencontrar, mientras buscábamos una buena emisora de excelente Música en el infinito Cosmos de internet, la estación de radio que, durante los últimos años de la década de los noventa, escuchábamos y considerábamos como favorita, y que inspiró en varios sentidos esos primeros borradores!

En ese entonces concluía mis estudios como arquitecto, mientras aún luchaba por darme tiempo a mí mismo para escribir, y continuar tejiendo el Universo literario que desde siempre hiló a las novelas escritas a lo largo de ese período. Escribir siempre representó partirme en dos, para satisfacer dos actividades que no encontraban en ese momento un punto de encuentro: ser arquitecto, o ser escritor.
Gran parte de la afección musical y los artistas que entraron en la lista de favoritos, lo debo a esta estación: Stereo Rey, cuyo concepto me conmovió y asombró por completo, acompañándome a lo largo de una etapa de transición importante, en mi vida, la cual continuó, desapareciendo la estación, tanto de mi vida, como del ambiente radiofónico. Jamás volví a saber de ella.

Ahora, meses después de afrontar un cambio radical y sumamente complicado, circunstancialmente me topo de nueva cuenta con este concepto de radio, en una etapa particularmente compleja, en donde he considerado centrar mis esfuerzos íntegros a escribir y retomar y proyectar los libros diseñados a lo largo de mi existencia. Es indescriptible escuchar de nueva cuenta la Música que hace décadas me acompañó a lo largo de las noches y la madrugada, cuando me debatía por definir una dirección en mi línea de vida, entre la narrativa vertida en historias que conformaron novelas, y la creatividad para diseñar y proyectar espacios arquitectónicos.

Irónico es que las circunstancias y las decisiones me hayan vuelto una vez más a las letras y la narrativa, y reencuentre una estación de radio (ahora digital, como todo, en estos actuales días), que me reconforta y me invita a consolidar algo que siempre gocé, pero que siempre temí hacer, hasta ahora.

Liga oficial de estación `Stereo Rey. La Máxima Dimensión del Radio´:

Escucho:
All for one | The Stone Roses
Little Jeannie | Elton John
Learning to fly | Tom Petty
All My Love | Led Zeppelin

Imagen tomada de la liga:

domingo, 12 de noviembre de 2017

Wow

Sí, lo sé.
Hace un par de semanas que recién escribí una nota dedicada al más reciente álbum de Beck, llamado Colors.
Confieso que no soy fanático de él, sin embargo, este último proyecto me ha cautivado en más de un sentido. La melodía favorita, tras la infinidad de veces de disfrutar el álbum ha sido Wow. Visual como soy, el vídeo que acompaña a la canción ha sido un deleite completo.

Si Beck llamó mi atención con Morning phase, su reciente trabajo ha representado la perfecta continuidad para no perderle el rastro.
He escuchado algunas de sus obras anteriores, sin embargo, ninguna logra atraparme como lo ha hecho `Colors´: simple, minimalista, y visualmente exquisito, es un álbum que ha logrado escalar en nuestra lista de favoritos, comenzando con ser uno de los tres mejores que hemos escuchado en lo que va de este año.
Todo un logro.

Vídeo de melodía, en YouTube:

Escucho:
Wisemen | James Blunt

lunes, 6 de noviembre de 2017

Motion Picture Soundtrack

La banda sonora de mi vida siempre ha sido la Creatividad. Desde que recuerdo, ha estado presente, sonando en mi mente y en mi corazón.
La edad y el prejuicio social acallaron la Pasión por imaginar y crear, lo que trajo consigo desequilibrio en todos los sentidos.
Poner en marcha los sueños, los anhelos y los objetivos, es una tarea esencial en nuestro quehacer como seres humanos. No se trata sólo de seguir lineamientos y convenios sociales, de existir cumpliendo reglas externas, mientras crecemos por fuera, y morimos por dentro.
Escuchar y poner en marcha nuestra esencia, es decir, la cualidad de ser creativos y creadores, al servicio de los demás, es una manera de alimentar el espíritu que nos otorga presencia y razón de existencia.
Crear es vivir, construyendo de manera plena, nuestro porvenir, influyendo en el porvenir de quienes nos rodean.

Escuchar:
Intervention | Arcade Fire

viernes, 3 de noviembre de 2017

Reflexión en acción

Tras poco más de seis años, regresamos a uno de los autores que nos encaminaron a la dirección por la que actualmente transitamos.
El primer texto que leí de Wayne W. Dyer fue `El poder de la Intención´. Un libro sumamente profundo a la vez que objetivo. Comenzando con una serie de análisis y datos claros y bien ordenados, Dyer conseguía adentrarme por vez primera en el universo de la espiritualidad desde la Psicología y la Ciencia. Después tuve la oportunidad de leer el libro `La fuerza del Espíritu´.
Fue difícil al inicio mantener el interés en seguir el texto de Dyer, ya que yo mismo no tenía las bases cognitivas ni la objetividad emocional para mantenerle el paso. Se trata de un autor que, si bien no corre velozmente en el desarrollo de sus textos, si exige del lector cierta preparación, Sabiduría y paciencia. No todos siguen su ritmo, y en este sentido, él es espiritualmente implacable: no se detiene a esperar a que te preguntes si la Espiritualidad es parte de la realidad, él parte de esa premisa como principio. La Espiritualidad es parte inherente de nuestra existencia, punto.

De Dyer admiro y celebro su honesta Sabiduría, y su calidad humana, tan escasa actualmente en las relaciones humanas que vivimos, que sólo buscan poder y dominio, a través de la manipulación y la conveniencia. Esta Sabiduría la encontré en su texto llamado `Construye tu Destino´.
Sus libros son altamente reflexivos, requieren del lector un nivel de cultura alto, pero, sobre todo, un nivel y consciencia espiritual firme. Si alguien considera leer alguno de sus libros como un medio de transición para ayudarse a negar o aceptar el dilema del valor espiritual, lo único que logrará el lector es entrar en una espiral descendente, porque no podrá comprender los principios que el autor detalladamente esboza en cada trabajo.
Lo valiosísimo que tomo de Dyer es su consolidada seguridad y el temple puestos en las bases de la espiritualidad dentro de la vida de los seres humanos.

Actualmente, tras haberme alejado de su trabajo y sus textos, he vuelto a compartir su visión, y su objetivo como escritor y ser humano: servir a quienes nos rodean.
En algún momento, hace tiempo, consideré dirigir mi vida hacia la profundización de los principios metafísicos y espirituales que él y otros autores dominaron a la perfección, pero como todo ser humano, dimití en aras del desarrollo de una profesión, como el grueso de la población, con un trabajo estable, sólido y que al principio me llenaba de Pasión y me permitía el desarrollo de mi Creatividad.

Cuando todo esto se transformó, las circunstancias me llevaron, finalmente, a retomar dichos principios y aplicarlos a mi vida. La Espiritualidad es una faceta que, tarde o temprano, reclamará su lugar en nuestra existencia.
El trabajo y los textos de Wayne W. Dyer, han representado una luz en la encomienda iniciada, y la indiscutible calidad humana implícita en sus libros, una guía para continuar adelante y mantener la Intención firme y decidida.

Imagen editada digitalmente, original tomada del sitio oficial en Facebook de Wayne W. Dyer:

Escucho:
Harder to breathe | Maroon 5
White flag | Dido

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Dualidades

Todos los esfuerzos se han centrado en volver al camino de la Vida. Perder la Salud es definitivamente algo que nadie desea, pero cuando comprendes la manera integral y holística que tiene tu cuerpo, comienzas a reacomodar las piezas y a reestructurar los mecanismos, para volver al Equilibrio.

Esta imagen representa el proceso que todo ello ha representado. Los principios que descubrimos una década atrás, y que aplicamos durante algún tiempo, antes de desviar el camino y perder la Pasión por aquello que realizábamos.
La Dualidad es parte de la Vida. Todo lo que somos y hacemos posee una conexión intrínseca que no llegamos a comprender del todo, o en muchos casos ni siquiera vislumbramos.

La idea que dio forma a la imagen surgió de pronto, como una especie de error, de circunstancia fuera de lugar, pero que, una vez terminada, pareció tan simple, natural y lógica, acorde a lo que vivíamos en este preciso momento.

La sorpresa, Creatividad y asombro, van de la mano del análisis, la Razón y la Ciencia. Ambos hemisferios, ambos campos, definen quienes somos y lo que podemos llegar a ser. Promulgarse sólo a favor de un lado, traerá consigo una vida fraccionada y vacía, que, irremediablemente, nos llevará al desequilibrio, la Enfermedad, y la Soledad y el vacío espiritual.

Escucho:
Driving | Everything but The Girl

Protocolos de Vida

La Vida, si bien es cierto, representa un enorme ciclo que cumplir, está integrada de infinitos ciclos más pequeños, que, de forma inconsciente, para nosotros, definen y construyen las circunstancias de quienes somos.

La gran mayoría de nosotros, vivimos estos ciclos a lo largo de un intrincado inconsciente camino que nos lleva, irremediablemente, al término de la Vida, sin comprender los aspectos más relevantes.
Otros más, poseen la oportunidad de vivir (en ocasiones en condiciones agradables, o en otras, desagradables), de abrir Consciencia y profundizar y alcanzar la naturaleza de sus respectivas misiones.
Cualquiera que sea la naturaleza de nuestro viaje, encontramos en él personas que nos acompañarán a lo largo del camino, y que, a la distancia, representarán en nuestra memoria, pequeños referentes temporales, geográficos o emocionales, con los que podremos valorar los pasos dados y los trechos del camino avanzados.

Esta tarde, escribiendo esta nota que llevaba escrita en la mente desde varios días atrás, me doy cuenta que manifestar las palabras que ahora lees, es una acción que llevaba semanas, meses, o quizá años, postergando, y que representa el cierre de un ciclo, de los muchos que me han formado como humano, y que es sano (y necesario) cerrar de manera plena y consciente.

Como siempre que he escrito, deseo ante todo agradecerte por la compañía. Siempre he agradecido a Dios por las valiosas personas que coloca delante, o a un costado mío, y con quienes camino un trecho de esta vereda llamada Vida.
Recuerdo todos los momentos que vivimos. ¡Qué puedo decir! Es esta estúpida memoria…
A lo largo de los años creamos quizá sin pensarlo o diseñarlo siquiera, una tradición, una costumbre que sólo para nosotros dos tenía sentido, y que ha sobrevivido el largo paso de los años. Sí, porque son años, muchos de ellos los que construyeron esta relación, en condiciones extraordinarias.

Sinceramente jamás temí o imaginé que las cosas cambiaran a lo largo de tu partida, antes de que regresaras para concluir tu meta. La primera vez que te marchaste, me prometiste que algún día regresarías, y que concluirías ese objetivo de lograr forjarte una carrera en la misma universidad que abandonabas. Recuerdo nítidamente mi reacción, y no me retracto al recordar que te dije que era una promesa que yo sabía que no cumplirías. Y es que, a lo largo de mi pobre experiencia personal, quien se marcha, lo hace para siempre de mi Vida.
Ya que estamos en confianza, te confesaré que jamás comprendí las razones de que te hayas marchado la primera vez, y mucho menos las razones que te llevaron a regresar y concluir este anhelo, tal como siempre lo declaraste.
Cuando te miré volver, me sorprendió tu presencia, ya que jamás te comunicaste a lo largo de tu ausencia. Me conmovió tu requerimiento de elegirme de nuevo como tutor, a pesar de la distancia, del tiempo, de las experiencias que los dos habríamos vivido en el medio de las cosas.

Ahora que lo veo en retrospectiva, comencé a perder el rumbo, mi rumbo me refiero, y a caminar, en la terca necedad de hacerlo solo, de aislarme paulatinamente del contexto, incluido tú. Jamás me dijiste algo al respecto. Jamás hubo recriminaciones de tu parte, ni un reproche, a pesar de la distancia que vivimos. Pero debes saber (y sé que en todo momento lo supiste) que siempre estuve cerca, presto a acompañarte cuando más lo requirieras. ¡Y vaya que sabías meterte en problemas!

Juntos vivimos mucho, siempre me acompañaste en los momentos clave. Siempre te vi como un joven adelantado a sus circunstancias, no por tu edad, sino por tu peculiar manera de mirar hacia el Futuro.
En más de una ocasión descubrí enojo en tu mirada, rencor contra la Vida y las circunstancias. Estuve ahí para hacerte ver que la realidad no sería jamás lo que anhelábamos, pero en algún punto, yo  mismo sufría mi propia crisis, con todas sus horribles consecuencias.

En mi naufragio me alejé definitivamente, pero a la distancia te miré sólido y perseverante. No te rendiste, y mostraste una temple que te llevó a afrontar y trascender cada uno de los retos. Algo se mantuvo siempre constante: tu confianza en mí.

Cuando al final te acercaste, debiste haberte dado cuenta que conscientemente no deseaba hablar con alguien, pero fuiste terco y astutamente insidioso, como es natural en ti, hasta que lograste llegar a mí.
Las noticias no eran buenas, y yo no deseaba compartirlas con nadie, pero estabas ahí, y yo no podía prometerte que estaría contigo cuando me distinguiste con tu ofrecimiento. No me quedaba claro aún si era porque físicamente no podría continuar adelante, o en el fondo ya no tenía ganas de hacerlo.

Debes entender que cada ciclo de tu vida es un cúmulo de circunstancias, de simbolismos, analogías y metáforas, más allá de los eventos que vivas. Yo me encontraba lidiando con el término de un ciclo, y tú, sin saberlo, representabas la llave que cerraría el cerrojo definitivamente.
Terco, siempre terco como acostumbras, me dejaste carta abierta, no importando la posibilidad de no permanecer de manera física para acompañarte. Si moría, ese espacio que reservaste para mí, permanecería vacío, de todas formas. Así eras de testarudo, de imposible para dialogar y hacerte cambiar de opinión. Pero ahí estabas, de pie, defendiendo tu postura, no aceptando nunca una negativa, fuera humana, o divina.

Comprendo que representaste lo que la institución a la que pertenecí y amé por quince años, definió en mi persona. Estuviste ahí en la fase temprana, cuando era joven y nada me importaba, y afrontaba los retos con valentía y orgullo. Cuando, sin miedo, penetré en la vida de las personas a mi cargo, y empaté con ellas en las pérdidas y en las ganancias. También gané, y desde luego, también perdí…
Creo que esa pérdida en particular, del grupo del que indirectamente formaste parte, me dolió e impactó más de lo que pude aceptar.

Tu ausencia dolió, la primera vez que partiste, pero me hizo fuerte. Al regresar, te descubrí maduro e indestructible en tu templanza. Siempre adelante. Siempre seguro.
Dudé si acompañarte a una ceremonia, con protocolo de la institución que yo abandonaba después de una serie de crisis y la decisión más difícil de mi vida hasta ese instante.  
Me enseñaste que las adversidades no deben sino hacernos fuertes. Que las personas van y vienen, pero las más valiosas permanecen, no importan las circunstancias, no interesa que tengan que irse: algunas, pocas, las correctas, sí cumplen sus promesas, y regresan. Tu terquedad me inspiró, me dio un objetivo qué cumplir, un pretexto para luchar por una vida que no me importaba más.
Y sobre todo: que las metas personales lo son todo, así nadie más crea en ellas, más que tú mismo. Así de poderoso, así de sólido.
Y fuiste el único que llamó, día tras día, sin importar que no hubiera respuesta en las llamadas, después de saber lo que en realidad acontecía.

Y bueno, estar contigo este día, al fin y al cabo, representa mucho.
Es agradecer a una institución que me enseñó a lo largo de los años, lo mejor de la Educación, que me templó en las peores adversidades para ofrecer siempre lo mejor de mí, no importando el rechazo o la crítica, que me permitió conocer y desarrollar la calidad humana, y hallar jóvenes como tú, que vez tras vez respondieron, exigiéndome a no rendirme jamás, a confiar y poner mi seguridad plena en el anhelo de construir relaciones humanas, más que simples cátedras de conocimiento, que no se consolidan sino comprendes que antes que un profesionista, existe un ser humano.
Me retiro por no congeniar ya con las realidades de las aulas, pero satisfecho por la oportunidad de ver realidades humanas consolidadas.
Ignoro si te llevas algo de mi persona, como yo me llevo mucho, tantísimo de tí. Estoy vivo, y tras la ceremonia, las fotos y la charla breve con tu padre, comprendo el orgullo de haber conocido a un joven como tú, y te agradezco por el impulso (para mí, a regañadientes) a acompañarte en este momento. Significa mucho.

Habrá mucho aún qué platicar, de eso no tengo duda, porque deseo ver cumplidos esos sueños que me has compartido de manera sincera y honesta. No tengo palabras.
Orgulloso de mirarte aquí, y expectante de saberte lejos, en tus metas, pleno y feliz.

GRACIAS. Y felicidades.
Ahora sí podrás hacer de tu vida, lo que te plazca, aunque sé con certeza que ese placer, finalmente lo conducirás a ayudar y guiar a otros, a ser mejores, a luchar por lo que sueñan, comenzando por mí, porque me has inspirado a hacerlo.

Dedicado a Josué A.