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Concluí el año mirado la más
reciente película animada del Estudio Disney-Pixar:
Soul, la cual considero una decisión
por demás arriesgada de la compañía.
Si hablamos de riesgos, puedo
concluir que la Vida se trata
precisamente de eso: arriesgar.
Es lo que mi vida en los últimos
años ha representado.
Concluyo el año en una profunda
reflexión.
Hace tiempo leí reflexiones de
antiguos compañeros de trabajo, escribiendo ampliamente sobre la llegada de los
cuarenta años, y lo mucho –o poco, la verdad no entendí la idea– que eso representa.
Concluyo un año particularmente
difícil, único. Un ciclo de Tiempo
que transformó la existencia de muchos de nosotros, quienes fuimos obligados a
emprender un viaje no hacia ningún sitio o destino externo, más bien, hacia
nuestro ser interior.
Concluyo el año acompañado,
cuando toda mi vida me visualicé en Soledad.
Cierro el año con la respuesta de
mi cuerpo, dirigiéndose hacia la Salud,
años y años perdida y degradada.
Termino este ciclo guiando a las personas que eligen trabajar
conmigo, hacia su viaje interior a su propia Sanación.
El año termina mostrándome que la
Existencia humana ha sufrido un Punto de Inflexión a escala global, pero
cuya colisión la experimenté en el ámbito personal.
Dejar de escribir no ha sido
sinónimo de cese de actividades o Depresión,
más bien todo lo contrario: la
confrontación de una Realidad que me ha tomado por sorpresa, y me ha hecho
modificar mi perspectiva individual y cambiar mi vida hasta la llegada de
circunstancias que jamás, en verdad JAMÁS, imaginé posibles.
El año más siniestro y
contradictorio en mi Línea de Tiempo
ha finalmente llegado a su fin.
Es un periodo temporal que me ha
alejado como nunca antes de la Realidad externa, pero me ha acercado profundamente al ámbito interno, humano,
me refiero, al espiritual.
Lo que hallo delante de mí es una
panorámica que me atemoriza, que me
aterra…
Un Vacío gigantesco de color Cielo, que me muestra un horizonte donde
no existe nada pintado, o definido, y un camino inexplorado que nunca nadie osa
transitar solo.
Pero ya no estoy solo. Jamás lo
estuve.
Estoy acompañado.
¿Cuántas veces hemos huido de las circunstancias que nos brindan la
oportunidad de redefinir absolutamente todo lo que somos?
Quizá lo que más odiamos de este
año y sus peculiares circunstancias, es sólo el hecho de que nos obligó a ser
quienes somos en realidad: seres
vulnerables y sensibles, acostumbrados a valernos de millones de armaduras
artificiales para vivir, para ser felices,
que no es lo mismo que plenos.
Este año nos quitó todo lo que
deseábamos, pero que no necesitábamos, o peor aún, jamás valoramos.
Concluyo el año con una
oportunidad única de ser lo que jamás me permití SER.
De vivir una nueva Realidad que
no tiene que ver con el Espacio o el
Tiempo, más bien con la Libertad, de pensar, de servir, de
expresar mi verdadera esencia.
De arriesgarme a reconectar con mi Verdad, con la Verdad
que todos llevamos dentro, pero que sustituimos con experiencias externas, para
ocultar nuestra incertidumbre interna,
con esa brújula que nos empecinamos en no utilizar, porque tememos el Destino hacia donde nuestro propio espíritu –fragmento de Dios que habita dentro de nosotros–, sabiamente, nos lleve.
Escucho:
Courage. Album | Celine Dion