Por momentos pesa contabilizar,
además de descubrir en tu discurso de vida, testimonios de más de cuarenta años
de vida. Algunas mañanas, al despertar, las experiencias parecieran ser
demasiadas para cargarlas en tus hombros. Otros días, despiertas y sonríes por
todas las memorias que habitan en tu cabeza y en tu corazón, porque todas ellas
definen quién decides ser en realidad en este único presente.
Desde hace días, he tenido la
misma idea en la mente. Compartir cinco álbumes
que han entrado en mi vida de manera fuerte y definitiva, y que
posiblemente hayan transformado mi personal perspectiva de mirar y comprender
el Mundo que me rodea.
Llama la atención que los álbumes
elegidos abarcan un período de veintitrés
años, pero –como el lector podrá
descubrir– tres de ellos datan del
mismo año, dos mil dieciséis. Una
peculiar y extraña coincidencia, quizá apocalíptica.
Desde luego, no son álbumes que
considero los mejores del ámbito musical, pero –en mi propia experiencia personal y humana– estas cinco producciones definitivamente dieron un giro a las
cosas, y expresan elementos del contexto (en todos los sentidos) que –por lo menos para mí– hablan de saltos e innovaciones en la
forma de habitar, de interpretar todo
lo que nos rodea, desde un punto de vista conceptual
y humano.
Habrá que analizarlos a detalle,
pero todos ellos involucran sonidos, conceptos e ideas, que han roto los moldes
del medio inmediato en el que vieron la luz. Fueron considerados álbumes distópicos, que reflejaron cruda, pero
fielmente, aspectos contextuales no comunes en las expresiones artísticas
contemporáneas a ellos.
El lector que los profundice, o
que simplemente se dé la oportunidad de escucharlos, podrá manifestar que no
son producciones artísticas míticas,
de la talla de álbumes como The dark
side of the moon de Pink Floyd –por ejemplo–. Precisamente por eso, por ser álbumes de tallas menores, casi
ordinarios, pero que en la sencillez y limitado alcance de su lanzamiento,
consiguieron romper los límites impuestos por un mundo civilizado, altamente
competitivo, abierto a la vez que voraz, cuya Crítica hormiga es un
común denominador que hoy por hoy destruye paulatinamente a nuestras sociedades
desde la base de su existencia.
En fin, sólo es un pensamiento al
aire, un puñado de álbumes que –aún
hoy– cada que los escucho, continúan
moviendo, estimulando de manera molesta algo en mi interior, como recordándome
que yo mismo no estoy de acuerdo del todo con las cosas que hago, porque
siempre –tal vez de la misma forma
inconsciente– me esfuerzo por dar
más allá de lo que yo mismo espero de
mí, convirtiendo mi propia presencia en un acto de rebelión, de cierta irreverencia
social, de crítica hacia lo que acontece, no en el sentido negativo, más bien como simple y sencilla inconformidad ingenua,
que –al final– siempre termina dando frutos a donde sea que las semillas se
siembren.
ACTUALIZACIÓN.
Las imágenes eran necesarias.
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Walking Wounded. Everything but the Girl. 1996.
El grupo favorito que me conmovió
con su éxito Missing [irónicamente
incluido en el álbum inmediato anterior a éste], y que se apoderó de mi cabeza
y mi ser a lo largo de toda una etapa de cambios y discordancias juveniles, casi adolescentes, algunas de las cuales aún despiertan cierto
arrepentimiento en mi lista de experiencias acontecidas.
Para muchos, la transición profunda y definitiva hacia
un mundo completamente electrónico y vacío que llevaría a Everything but the Girl a desaparecer.
Para mí, un álbum revelador, que me ponía de frente ante un universo que hasta
entonces no había descubierto, y que, lejos de ser vacío y repetitivo, se convirtió en una fuente de inspiración fuertemente
enfocada hacia la Abstracción, la Síntesis y el Minimalismo, sellos de muchos de los proyectos y decisiones
personales, sobre todo en los recientes años.
Imagen tomada de la liga:
http://www.noise11.com/news/everything-but-the-girl-to-re-release-early-albums-20120426
Imagen tomada de la liga:
http://www.noise11.com/news/everything-but-the-girl-to-re-release-early-albums-20120426
Channel Orange. Frank Ocean. 2012.
Considerando el legendario año,
idea colectiva del fin del mundo como
lo conocemos, este álbum representó un puñado de melodías completamente ajenas
a la realidad, pero hermosamente rítmicas y armónicas, dentro de un contexto bizarro, y altamente ambiguo y confuso.
Pyramids, sencillo que representó la llave maestra de entrada a
este concepto, golpeó mi mente y ambiente conceptual como escasísimos temas lo
han hecho. Jamás olvidaré la ocasión en que escuché el tema –en su versión íntegra–. La impresión
fue tal, que debí ciclarlo unas siete
u ocho veces en el estéreo. El resto
del álbum, fue para mis sentidos, un viaje psicodélico
introspectivo y hermosamente compuesto, que, fue monstruosamente ruidoso,
gracias a una reinterpretación de los más profundos silencios humanos cotidianos.
Toda una travesía de la que aún –en algunas
madrugadas, me percato de ello– no
despierto del todo.
Imagen editada digitalmente, original tomada del sitio:
https://www.tumblr.com/search/frank%20ocean%20artwork
Imagen editada digitalmente, original tomada del sitio:
https://www.tumblr.com/search/frank%20ocean%20artwork
Better strange. James Supercave. Febrero 2016.
El año dos mil dieciséis es quizá en mi línea de vida, esa señal cataclísmica que trae consigo mensajes
que transforman la existencia misma. Cabe mencionar que este álbum se ubica en
tercero por orden cronológico, pero
es el cuarto en conocer, de los cinco que he elegido. He descubierto a James Supercave hace apenas escasos
cuatro meses.
No podría hacer justicia a las
sensaciones y experiencias que este álbum despertó en mi persona. Es una
revelación en todo sentido. Es banal, profundo, indie, progresivo, humilde a la vez que arrogante. Todo al mismo
tiempo. Una colección dedicada al hermoso
caos sin–sentido de nuestras
sociedades. Destaca su sonido sucio y
su ritmo basado en los loops
electrónicos, que, cual tambores propios de los chamanes, alteran tu realidad, llevándote a ambientes más allá de
la existencia inmediata. Jamás pensé en mi vida escuchar y llegar a estimar
algo como esto.
Ouroboros. Ray LaMontagne. Marzo 2016.
Ray LaMontagne es el Sting de
la década de los ochenta, que me llevó de nueva cuenta a un nuevo origen en el
mundo de la Música. El compilatorio Fields of gold es el primer álbum que compré, y que inauguró mi
colección de CD´s. Ouroboros es, –por su parte– una joya en todo sentido. El álbum más íntimo y humano, que haya
escuchado a lo largo de la última década.
Conmovedor por la Perfección de su concepto, su escritura,
su ejecución y el Arte visual que lo acompaña, fue para mí el mejor álbum del
año respectivo, además de escalar infinidad de puestos en mi lista de álbumes escenarios en el desastre existencial
que representa mi propia vida. La
guitarra –por primera vez en mi
existencia humana– literalmente me hizo derramar intensas lágrimas,
mezcla de Alegría, Melancolía y Dolor.
Imagen editada digitalmente, original tomada del sitio:
https://www.merchbar.com/rock-alternative/ray-lamontagne/ray-lamontagne-the-ouroboros-tour-2016-raleigh-nc-poster
Imagen editada digitalmente, original tomada del sitio:
https://www.merchbar.com/rock-alternative/ray-lamontagne/ray-lamontagne-the-ouroboros-tour-2016-raleigh-nc-poster
The colour in anything. James Blake. Mayo 2016.
Debo decir que arruinó mi vida y me
arrancó un intenso dolor de cabeza cuando lo escuché por primera vez. Ahora, es
uno de los favoritos. De esas anomalías que odias por su terquedad hermosa. Repetición como base agotadora de todas
las cosas. En la Repetición habita y se
manifiesta Dios mismo. Quizá somos tan primitivos,
que la Repetición continúa fungiendo como la única herramienta para acceder a
lo más profundo de nuestra mente, y –por
ende– de nuestro ser.
Una mezcla perfecta entre objetividad y subjetividad. El piano
como voz interceptada, interferida, distorsionada y destruida-deconstruida que me hizo reinterpretar –literalmente– mi propia realidad. Y el Arte visual…
destruyó mis ojos conceptuales. Al
escuchar este álbum, no sé si ser feliz, retrospectivo,
melancólico o triste. Definitivamente tu vida se interrumpe, se detiene, mientras
lo escuchas.
Simplemente me siento, lo disfruto,
dejándome llevar a una experiencia totalmente inusual y alterada de la
realidad.
Imagen tomada del sitio:
https://www.itsnicethat.com/articles/quentin-blake-james-blake-collaboration-170516
https://www.itsnicethat.com/articles/quentin-blake-james-blake-collaboration-170516
Increíble que cinco sencillos
álbumes, hayan conseguido destruir tanto, y despertar –tras la Destrucción– a
la Reflexión.
Escucho:
Walking wounded. The álbum | Everything but the Girl
Honey love | R. Kelly & Public Annoucement
Black balloon | The Goo Goo Dolls
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