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domingo, 24 de noviembre de 2019

Una panorámica

Regreso a este lienzo, motivado por la ausencia del amigo cercano que consideré amigo durante años.
Me pregunto por qué dejé de escribir…
En algún momento escribí por escribir. Simplemente abría la página virtual, y vertía lo sentido en ese momento, inspirado por las circunstancias. Era tan sencillo, tan natural.
Pero llegó un punto donde escribir se hizo doloroso.
No podría ni me atrevería a explicar por qué.

Pero hoy la emoción es fuerte, es mayor que antes, al punto de ahogar mi garganta, de experimentar una cierta agonía al intentar respirar, expresar lo que hoy siento.
Sobran ya las Despedidas, las Soledades, los Vacíos o las Melancolías.

Escribo maldita sea por la necesidad de escribir.
¿Escribir es una necesidad?
Para mí lo es.
Siempre lo ha sido, sólo que jamás lo había confesado físicamente, hasta ahora.
Escribo desde el lugar que conozco, que he aprendido a habitar en los recientes momentos de esta ilusión llamada Vida.


Escucho:
A place I know | The Cranberries

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