Hace cinco años, los doctores encontraron que mi sangre se degradaba. En ese momento tenía en mi mente una vida trazada, que desde niño fui construyendo con mis experiencias, y las circunstancias que me rodearon.
Siempre había realizado el ejercicio de
visualización a cinco años de distancia, diseñando metas y objetivos que cumplí
en cada oportunidad que tuve, cabalmente.
Siempre.
Hasta el momento del diagnóstico.
Hoy, dos compañeros cercanos a mi vida en
diferentes momentos, han muerto de la misma afección.
A ocho meses de Pandemia y Contingencia
sanitaria, he continuado actividad y mantenido la Salud, y he visto proyectos emprendedores
altamente rentables, que cerraron sus puertas, y no se levantaron más.
Idiosincrasias y pensamientos, que se burlaron de
mis decisiones y acciones.
Admito que perdí la Fe y el deseo de continuar, en más de una ocasión a lo largo del
camino. Y cuestioné a Dios sobre las
circunstancias en mi vida muchas más veces de las que recuerdo.
Finalmente –entendí– que la Vida se trata, no de buscar respuestas a nuestras preguntas, sino
de construir una existencia libre de dudas e incertidumbre.
Las piezas de Plenitud
llegan a tu existencia cuando decides vivir plenamente, no para alcanzar dicha
plenitud.
Encontrarás Amor
cuando te ames compasivamente.
Serás feliz cuando vivas la Felicidad desde tu ser, y no aguardándola por lo que suceda en el
exterior.
Tendrás un perro que haya salvado tu vida, porque
primeramente tú salvaste la tuya, al decidi salvar la vida de él.
Se trata de decidir vivir.
No de sólo
tener hermosas intenciones de hacerlo.
Fotografía por:
Alan Romeo Mendoza.
Escucho:
Killer |
Seal
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