Extraño estos lares, diría uno de mis entrañables
amigos de la Maestría.
¿Qué ha sido de ustedes?
¿Qué ha sido de nosotros?
Una nota de uno de los
estudiantes que tuve a mi cargo, me sacó del Exilio, y me hizo caer de bruces, reflexionando tanto…
Han pasado tantas cosas, que no
tendría tiempo, ni Vida, para
relatarlo.
Sólo puedo –y deseo decir– que me
encuentro habitando un espacio que
ahora respira, y que me agrada ver crecer, recibiendo los rayos del Sol a
todas horas, iluminándolo todo.
Una metáfora hermosa de lo que acontece en mi propio Ser.
Aún encuentro –a mi pesar– vestigios de la vida que durante mucho tiempo fue, y que –debo confesar– me inspira aún pesar, una especie de conflicto.
Ahora veo a la distancia, que
durante años fui un individuo sumamente
inquieto, creativo, activo y prospectivo en muchísimos sentidos.
Agradezco de corazón a quienes me
recuerdan en los tiempos aúlicos, y
tienen para mí palabras hermosas, y recuerdos gratos para con mi persona.
Fui –sin embargo– una
persona que movió grandes
circunstancias para lograr metas, inspirar a otros, motivar al Cambio y a la Evolución.
Me entusiasma aún pensar en los
retos, en las adversidades, en los proyectos de Superación académica, profesional y humana que durante décadas tocaron mi corazón, y motivaron mi
quehacer en sentido amplio.
Agradezco a quienes confiaron, y
me tocaron el alma con su brillo humano
único.
No tengo más que palabras de Agradecimiento para todos ustedes.
Entiendo que existen personas que
no desean transformar, ni transformarse, que nacieron con la estúpida necedad de responsabilizar a otros por
los cambios y desastres que no han sido capaces de enfrentar, y trascender.
No todos están listos para habitar una relación humana.
No todos están dispuestos a vivir
circunstancias que los enaltezcan, y los lleven a exigirse lo mejor de sus
personas.
Los últimos dos años de labor académica y profesional, me legaron esa complicadísima lección.
Hoy no me interesa saber más de ello.
Aprendí que durante media vida,
la Creatividad le dio sentido a mi
existencia, pero no la canalicé para lograr lo más importante: dirigirme hacia mi propia Plenitud.
Ese lugar beatífico que hoy habito finalmente, lejos de todo aquello que
algún día le dio sentido a mi vida.
Todo lo que sacrifiqué en pos del universo circundante, hoy lo invierto
en mí mismo.
Me ha costado muchísimo recuperar
los fragmentos rotos y perdidos, pero, sobre todo, colocar las piezas en su correcto orden y
lugar.
Ahora, desde el fondo del abismo,
experimento una perspectiva completamente
nueva de la Luz que lo alumbra todo.
Meses sin escribir.
En el trance he coincidido con personas, que de maneras increíbles han tocado mi alma, en
lecciones difíciles. Nada que ver con la Mediocridad
de las últimas relaciones y el ambiente vivido dos años antes de marcharme
de lo que antes fue mi vida.
Lo que me han enseñado ahora, en
los últimos tres años y fracción –casi
los cuatro–, ha merecido el Sacrificio de la Vida, y el Renacimiento a otra.
La Creatividad permanece intacta, sólo ha cambiado la Directriz que la sustenta. No se entrega
más a ustedes, más bien, únicamente a quienes hacen de ella, oportunidades de
nuevos espacios humanos que no me
hubiera atrevido a diseñar jamás, hasta ahora, salvando el Miedo, rompiendo límites y
esferas. Llevando las circunstancias
a lugares que muchos considerarán inútiles, pero que transformarán la manera de
construir las cosas.
La Vida se abrirá camino, penosamente si es necesario, para enseñarnos
cómo evolucionar en ella.
Escucho:
Beauty and the Beast | Céline Dion, Peabo Bryson
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