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domingo, 4 de julio de 2021

R o t o


Hace seis meses que se marchó, y en los que he aprendido a sobrevivir sin todas esas ideas que dijo querer compartir:
el Amor una de ellas.
Qué estúpido suena ahora esa idea.
He profundizado en la Comprensión de todas sus acciones, y todas me llevan a la misma Dirección. Las personas rara vez son honestas, a la expectativa de poder encontrar lo que buscan, sin saber en realidad qué es.
Agradezco el Tiempo acontecido, que me permitió llevar mi vida por un camino nuevo, a regresar a mí, de una manera que jamás hubiera hecho antes del Dolor que me fue infligido.
 
El Agradecimiento no es una emoción que se escriba en una carta, confirmando que en verdad lo hemos encontrado, o siquiera comprendido. Puede escribirse sólo por despecho, con la vacía Intención de no sentir lo que se haya hecho.
 
Este año ha sido una vivencia extraña, surrealista, a diferencia del año anterior, en el que todo fue una sencilla ilusión, que me llenó de Alegría y me dio las fuerzas para lograr metas que hasta hoy considero increíbles.
 
Estar roto representa un estado donde percibes con Claridad la esencia en las Intenciones de la gente. Estado que acontece sutil, delicado y potentemente, al igual que el álbum que escucho mientras escribo esta nota, con el cuerpo desgastado, el perro enfermo, la lluvia implacable, y la Ira inconsciente a cuestas. Las trompetas armoniosas, las percusiones sutiles, pero hermosas, el saxofón como tersa piel que seduce a mi oído, mientras entro en éxtasis, embriagado por las voces que susurran delicadas perversiones a mi espíritu.
 
A través de las gotas impactadas en el cristal de la ventana que dibuja la borrosa imagen de la ciudad que permanece dormida, afuera, veo pasar las circunstancias que me hicieron reflexionar hasta el brillo de la pantalla del ordenador.
 
Agradezco su siniestra partida, que me dio la oportunidad de devorar tantísimos álbumes ignorados por los años que dejé pasar. He hallado en el naufragio, desconocidas bandas, artistas favoritos nuevos, y canciones que he reproducido incansablemente, porque su estructura y Composición las han convertido en himnos, que no puedo dejar de escuchar, que han resumido los pocos recientes años, que percibo cual perspectiva de anciano, cansado, pero repleto de gratas satisfacciones, pequeñas e insignificantes, que nunca antes experimenté en los años en los que mi Ego trató estúpidamente de arreglar el Mundo.
  
Es aquí donde agradezco haber invertido inútilmente en la anualidad del sistema de streaming, que me ha dejado incontables noches y días de navegación infinita, hasta encontrarme a mí mismo perdiéndome en la Inmensidad de las décadas olvidadas de Música desconocida, como si hubiera sido capaz de volver en el Tiempo, y tomar caminos de una realidad alterna, circunstancias donde jamás exististe.
 
Aquel que fui no lo soy más. Los espacios que habité existen solamente en la Soledad del Olvido. Caminos, rincones y recorridos guardados únicamente en la memoria, porque estoy convencido que no los transité jamás afortunadamente.
 
Ahora sólo me habito a mí mismo. Me dirijo hacia mi Centro. Nadie puede decirme qué hacer, o la dirección hacia la cual ir, porque sólo yo conozco el Destino que mis pasos en esta Vida han trazado desde antes de venir. Hay quienes aún osan dirigir mensajes de advertencia, juzgando mis acciones. Ilusos quienes no son capaces de ver sino sólo su enorme Egocentrismo que envenena los líquidos que llenan y ahogan sus cuerpos, y que no pueden comprender la Profundidad que ha dejado en mí la Vulnerabilidad humana.
Quién no se ha rendido a su propia Debilidad, jamás podrá ser humilde ante el Dolor de aquellos a quienes cree defender, obligándose a la Obsesión de imponer órdenes a quienes considera, inferiores.
La Verdad que nos negamos a creer es que nadie necesita ser defendido, sino de sí mismo.
 
Ojalá todo fuera tan sencillo como congraciarte con insignificantes acciones que te llenen de efímera Plenitud, como programar el nuevo álbum en el estéreo, y escucharlo tantas veces como lo desees, para después cambiarlo por otro que te estruje el corazón, o excite a tus sentidos, en una fría noche de Verano en medio de la Lluvia, producto de las tormentas de un año atípico más, en tu existencia, y entendieses que nada de lo que hagas tiene importancia alguna, porque como dice una de las melodías que he descubierto en los infinitos sorbos de la leche sabor vainilla: el Tiempo lo diluirá absolutamente todo, salvo tu memoria, que se perderá en el más oscuro e inevitable Olvido.
 
Escucho:
Kaputt. Álbum | Destroyer

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