.

.

domingo, 20 de febrero de 2022

Un suspiro...


Acabo de [re]descubrir a
Bon Iver, mientras asimilo una grata caminata alrededor de un Pueblo Mágico.
Hace años que no salía a caminar. Siempre lo hice solo, pero hoy lo hice en compañía.
No interesa la presencia del contexto [arquitectónico] tanto como la Introspección.
Los espacios sirven para habitarse, no tanto a ellos. Ya lo descubría yo hace casi veinte años atrás, cuando visitaba por vez primera un espacio sacro conventual.
La experiencia transformó mi vida, radicalmente.
 
Ahora no suelo escribir ya, me refiero, escribir de forma `comercial´.
No creo contenido como antes lo hacía. Quizá porque llevo años recluido en una especie de retiro meditativo personal autoimpuesto, del que tal vez no salga jamás.
 
Sólo he caminado un poco, disfrutado vistas, charlado amenamente, y experimentado un Ocaso por demás hermoso.
Y en ese trance, arribó Iver.
Irónico es que lo escuché en sus orígenes, pero no fue sino hasta que se cruzó con James Blake, que su Música me ha cautivado por completo. Extraño es que, teniendo el sonido trance-electrónico reflexivo de Blake casi suena como él, es que lo han nominado a mejor álbum del año, en los Premios Grammy en años recientes.
 
En fin, todos nos enamoramos de James Blake, sin duda.
 
Sólo pasaba por este sitio, y decidí escribir un par de ideas al aire…
Sólo eso.
 
Escucho:
i,i | Bon Iver.