Hoy por la mañana, en la clásica caminata
acompañado por mi perro inseparable, amenicé las vistas del Amanecer con los bums de la batería, los acordes de las
cuerdas, y la Vertiginosidad multifacética
del álbum `Decksandrumsandrockandroll´.
Jamás había escuchado tantos beats reunidos, tan ordenada, pero desordenadamente, para crear una serie de melodías que desfilan una
tras otra, sin un momento de Descanso para detenerte, y respirar.
Jamás mi vista había sido consciente de la infinita
cantidad de Información que procesa nuestro cerebro, aún cuando pareciera que
estamos haciendo `nada´.
Del extraño libro en mi cabeza, llamado `Los álbumes que jamás escuché´, abro
este apartado dentro del diario cotidiano, hace tanto tiempo olvidado, para
extraer de la Memoria, y el lento paso de los años, las décadas, y vidas, para
desenterrar emociones antiquísimas.
De ese lejano mil
novecientos noventa y ocho, donde estaba concluyendo una Profesión odiada,
refugiándome en la Música, sumido en
ese momento en el canto celestial de voces como Celine Dion, quizá avergonzado por experimentar emociones
encontradas, casi rebeldes, que
expresaban Culpa por comprender –o quizá por no hacerlo– quién era yo en realidad.
De ese instante dolorosamente enterrado veinte metros
bajo tierra, se desprende Decksandrumsandrockandroll,
que ha despertado emociones que jamás me permití sentir, pero que definieron
aquél que fui, en ese periodo lejano.
Escucho:
Decksandrumsandrockandroll. Album | Propellerheads
Imagen tomada del sitio:
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