La imagen que acompaña a esta
nota corresponde a una visita al centro, el año pasado, para una actividad
cultural que nos llevó de nueva cuenta al ambiente histórico de las angostas
primeras calles de Pachuca.
Parece que han transcurrido
siglos desde entonces.
El inicio del año dos mil quince trajo consigo cambios y
oportunidades, tanto profesionales,
como humanas. Es complicado mantener
un equilibrio entre ambas facetas, ya que la ley universal de los hechos dicta
que si sobresales en alguna, es por clara destrucción de la otra.
Estos últimos cuarenta y tantos
días han sido de valoración, de adaptación, y de total comprensión de las
variables que integran las actuales circunstancias.
La mayor de ellas, ha versado
durante las recientes semanas en la actividad y opinión profesional, relacionados con el Proyecto que pretende intervenir
el primer cuadro de la Ciudad de Pachuca.
Hace semanas fui invitado a
participar en la organización civil de arquitectos del Estado, donde he ido
conociendo paulatinamente los hechos y los detalles que definen proyectos de la
índole del que actualmente se desarrolla dentro de la ciudad.
Hablar del `desarrollo´ del actual
proyecto en la plaza central de la ciudad es relativo, ya que no existe
proyecto en forma como tal, por lo menos no en el sentido arquitectónico.
A lo largo de los días, y de las
reuniones acudidas por parte de la actividad disciplinar, se ha hablado sobre
el carácter y el contexto histórico de la plaza al centro de la Ciudad de
Pachuca.
El común denominador es el Reloj
Monumental. Lo único. El resto de los elementos arquitectónicos, objetos naturales
y artificiales, han sido borrados –literalmente– de la plaza.
Las palabras de las diferentes
autoridades han ido y venido como pólvora a lo largo y ancho de las redes sociales,
estableciendo que el proyecto se llevará a cabo, a pesar de no contar en forma
con los requisitos solicitados por todas y cada una de las instancias
pertinentes, incluidas el colegio donde formo parte.
Al interior de la asociación
donde he participado sólo por dos meses, he visto inconformidad de igual manera
por los detalles y la mecánica que se ha llevado a cabo para instaurar una
intervención de tales magnitudes y envergadura.
Al final del día, y tras haber
conocido elementos profesionales y disciplinares dentro y fuera de las
organizaciones civiles y gubernamentales, no me queda más que confirmar la
falta de responsabilidad y acuerdo para realizar cualquier tipo de intervención
a nivel municipal.
Considero de igual manera que las
actitudes de las instituciones inmiscuidas no es del todo armónica ni
congruente, y que los intereses sociales son rebasados por intereses
individuales, de grupos definidos de personas, además de las posturas y
actitudes francamente dominantes que sobresalen.
He decidido abandonar la
participación de la actual directiva del Colegio
de Arquitectos de Hidalgo, por diferencias personales y de intereses
profesionales. Agradezco a los colegas miembros de la directiva por su
invitación y confianza. Permaneceré solamente en actividad como miembro actual
de número, apoyando desde la trinchera académica y disciplinar a mi alcance en
todo lo que esta institución requiera.
Ser profesionista en la reciente
plataforma disciplinar que actualmente domina el medio es complicado, y requiere
decisiones y posturas que no estamos dispuestos a tomar por el momento. Un
periodo de consolidación y de Equilibrio es el que atravesamos por estos meses.
Nos concentraremos en ello.
Escucho:
Front row / Alanis Morissette
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