Una historia que no me fue
posible conocer en su momento.
Una sencilla trama de una lección
aprendida, entre el trillado camino del Bien hacia el Mal, y de regreso al
Bien.
El trayecto es previsible,
lineal, con una narrativa simple, sin complicaciones ni contradicciones.
Lo más sorprendente durante el
camino es –sin duda– el complicado, elegante y sofisticado
bagaje musical que representa la
compañía de cada una de las partes del filme.
La Música se convierte en una exquisitez de la trama, donde lo electrónico refleja esa sensación
hermosa e indescriptible de encontrarse a uno mismo, cuando todo parece
monótono, carente de sentido, y la superficialidad logra despertar ese vacío
que nos volverá de nueva cuenta a la esencia de lo que somos, nos devolverá
aquello que perdimos.
Una experiencia simple, en ocasiones es lo mejor para
aprender una lección complicada…
Escucho:
Always / Amon Tobin
Shut up and drive / Rihanna
No hay comentarios:
Publicar un comentario