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sábado, 13 de junio de 2015

21

Una historia que no me fue posible conocer en su momento.
Una sencilla trama de una lección aprendida, entre el trillado camino del Bien hacia el Mal, y de regreso al Bien.
El trayecto es previsible, lineal, con una narrativa simple, sin complicaciones ni contradicciones.
Lo más sorprendente durante el camino es sin duda el complicado, elegante y sofisticado bagaje musical que representa la compañía de cada una de las partes del filme.
La Música se convierte en una exquisitez de la trama, donde lo electrónico refleja esa sensación hermosa e indescriptible de encontrarse a uno mismo, cuando todo parece monótono, carente de sentido, y la superficialidad logra despertar ese vacío que nos volverá de nueva cuenta a la esencia de lo que somos, nos devolverá aquello que perdimos.
Una experiencia simple, en ocasiones es lo mejor para aprender una lección complicada…

Escucho:
Always / Amon Tobin
Shut up and drive / Rihanna

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