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`Debemos tener ojos de Amor, vista añeja para poder descubrir cada construcción, cada rincón, cada momento histórico, hacer que sus canteras, monumentos y esquinas hablen, griten, conocer su gente presente y pasada para poder penetrar su alma y conocer la esencia de esta ciudad'.
Una lección en palabras de Monseñor Salvador Rangel Mendoza. Un lección que buscaba en los callejones, en el Cielo, en los atardeceres, en la Enfermedad. Palabras que llegan en un momento justo, certeras como el Horizonte que paulatinamente adquiere dirección y sentido.
Escucho:
Burn | Toto
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