Descubrí el espíritu real de la Música de The Beatles, después de los treinta años de edad. Mi padre es
fanático, y crecí escuchando esporádicamente porciones de su discografía, aunque más en formato compilatorio, por lo que me era
sumamente complicado visualizar el número y naturaleza de los álbumes, además
de cada álbum mismo, en solitario. Fueron dos álbumes los que compré para la
colección de CD´s (una vez que crecí, y la década de los noventa me heredara un ambicioso gusto por la Música) más en sentido de breviario
cultural: 1 y Yellow submarine, así podría tener una
colección de canciones representativa del grupo. Incluso recuerdo haber
obsequiado el álbum Yellow submarine a un excelente amigo, como muestra de haber encontrado
una propuesta musical que verdaderamente valía la pena.
En algún momento de nuestra vida,
anterior a esta primera serie de hechos, uno de nuestros compañeros de la carrera,
cuando estudiábamos, nos presentó el álbum Sgt.
Pepper's lonely hearts club band, mientras trabajábamos en su casa (en uno
de esos últimos proyectos que te asignan en tus estudios profesionales), y que
en ese momento estaba catalogado como el más condecorado álbum de la
agrupación.
Hasta entonces, conocía lo básico
de The Beatles: sus melodías números
uno, y parte de su historia, lo que incluía la edición reciente sin producción original, del álbum Let it be, la publicación de las
antologías de la banda con material inédito, y el extraordinario recibimiento
del Mundo para Free as a bird –reacción que nos pareció fascinante,
debo decir–, y otras curiosidades de
la banda.
Pero no fue sino hasta que,
dentro del gusto cinematográfico, nos tocó mirar el proyecto de la directora
norteamericana Julie Taymor, llamado
Across the Universe que, de
inmediato, llamó poderosamente nuestra atención. Nos hicimos sin dudar del
álbum, banda sonora original de la
cinta, en su edición de lujo, donde escuchamos por vez primera –y un sinfín de veces– clásicos del grupo de rock, que jamás
habíamos escuchando antes, y de los cuáles teníamos sólo conocimiento.
Comenzamos así la búsqueda de los
álbumes más representativos de la agrupación, empezando en primera instancia a
revisar listas, como la manufacturada por The
Rolling Stone Magazine, que incluía muchos de sus álbumes, cuatro de ellos
entre los primeros quince lugares como los mejores álbumes de Música de todos
los tiempos.
Nuestra colección comenzó –o más bien, continuó–, entonces, con: Rubber Soul, Revolver, Sgt. Pepper's lonely hearts club band y The White álbum. Escuchar a The Beatles
en su etapa madura nos hizo perdernos por mucho tiempo de su etapa inicial, de
la que tuvimos conocimiento cuando nos hicimos de los dos álbumes que integran
la colección Live at the BBC. Para
ese entonces nos encontrábamos firmemente encarrilados dentro de las vías, para
hacernos fanáticos de su propuesta.
A partir de ahí, nos hemos
concentrado –no sin dejar pasar
algunos otros años– en escuchar,
disfrutar y asimilar la Música temprana de la banda, de la que nos perdimos por
concentrarnos en lo más comercial y exitoso de la agrupación. Escuchar por
primera vez It won´t be long –hace un par de semanas– ha sido una de las experiencias
sensoriales más impresionantes que hemos vivido, tras haber escuchado
primeramente la versión actual para el proyecto cinematográfico de Taymor.
Como lo habíamos comentado en
algún sitio de las redes sociales inmediatas,
ha sido una coincidencia circunstancial,
cómo hemos llegado al verdadero espíritu de la banda, y hacernos de su
discografía, miles de años después de su existencia.
Imagen editada, original tomada de la liga:
Escucho:
A hard day´s night || Little child | The Beatles
No hay comentarios:
Publicar un comentario