Escribir ha sido una actividad
largamente abandonada.
Desde que éramos niños, fue una
pasión que llamó nuestra atención infantil –raro
para un infante, definitivo–. A los
doce años nos encontrábamos ya escribiendo en forma.
Después de una pausa en el
camino, y decisiones que transformaron nuestra vida, nos hemos sentado enfrente
del computador, y nos hemos puesto a
reflexionar en un montón de cosas, con la mirada perdida en el limbo, pero con la certeza a cuestas: regresaríamos al campo fértil de la Literatura.
Ahora, hemos encontrado una
primera convocatoria (bueno, segunda). La última de ellas produjo un texto en
formato novela, que no ha sido
publicado aún, pero que definió el estilo y la dirección que deseamos seguir
desde el momento en que concluimos esa peculiar historia.
La convocatoria que hemos hallado
por estos días nos llevó a echar mano de un viejo género conocido: el cuento. Fue el género del primer
libro que leímos, y que nos llevó a experimentar el primer síntoma de Amor
hacia las letras, un momento memorable que quedó registrado para siempre en
nuestra mente y corazón. De ahí en adelante, el cuento ha regresado una y otra
vez a nosotros, de maneras que no podría relatar.
Viento, Letras & Delirio fue –quizá– la cúspide de
los encuentros con este género literario, potencializado gracias a la mini ficción. Pero me quedó claro que no
representaría el último acercamiento. Las Crónicas
Espaciales en la Galaxia Imaginación, hicieron lo propio. La historia
continúa desarrollándose, de maneras inimaginables en mi consciencia e inconsciencia.
El cuento escrito en estas
semanas, ha sido un buen retorno. Un sólido reto. Nos ha arrancado las lágrimas
al leer su final, una vez concluido en su escritura. Eso es buena señal.
Llega en un momento de transición para mí, en todos los
sentidos. Habla de la enfermedad y la Muerte,
de una forma natural, madura. Objetiva.
Es un cuento para niños y
jóvenes, pero no está concebido desde la plataforma fantástica. No me fue
posible generarlo bajo el esquema de la Fantasía pura o la Ficción. Fue más
bien concebido desde una realidad imaginaria. Representó un proceso de
asimilación de la metamorfosis que actualmente
padezco, y me ha brindado respuestas profundas, en cuanto a las despedidas, los
cambios profundos, el miedo a crecer como persona, y la pérdida de la Vida.
Comparto que es una travesía, sí, una que en esta línea temporal sufro, y
afronto, de forma serena y sumamente consciente.
Todo lo que somos, de lo que
hemos echado mano en los recientes siete años se encuentra ahí, en esas
páginas. ¿Qué sería de un escritor si no fuera de esta manera?
Ha sido extraordinario escribir
de nuevo.
Dejarse llevar por la Pasión de
la génesis, perderse en el Tiempo,
ser uno mismo, mientras las piezas dentro del Universo se acomodan, y se
encuentran las respuestas a las preguntas más profundas.
Simplemente maravilloso.
Escucho:
Don't hurt yourself | Beyoncé featuring Jack White