Si alguien te amara, como yo te
amo...
Las recientes noches han sido
extrañas, distantes.
El recuerdo de lo que fue, domina
mi mente, y trastoca el corazón.
Descubro en sueños aquel ritmo
que la Existencia representa. Tal vez sólo recuerde lo que el espíritu ansía ser, lejos de todo el dolor, y el
sufrimiento.
En las noches, en esos sueños
nítidos y brillantes, veo de nueva cuenta los sitios seguros, rincones de la
niñez donde la Imaginación aún persiste, y alimenta a la memoria, que se niega
a dejarse morir. Las imágenes y sensaciones de vivir soñando, de crecer
alimentando la curiosidad, de dejarse sorprender por cada amanecer, por cada
puesta y ocaso del Sol, por cada momento colorido que roza la pupila. Y reír,
reír mucho tras saberse vivo.
¿Cuándo fue que olvidamos disfrutar la Vida?
Rendidos ante la cotidianidad,
aún a mi memoria vuelven las palabras, las sonrisas en aquellos atardeceres,
donde las palabras hablaban de los anhelos, de lo que en aquel momento lejano
no comprendíamos del todo, pero que hoy, frente a la ventana vacía, tiene un
sentido pleno.
La Naturaleza, y nuestra propia
naturaleza, como seres humanos, como individuos que luchan cada día, a cada
momento, por encontrarse a sí mismos, cuando el Mundo nos obliga a perdernos, y
dejar morir lo que en realidad nos mantiene vivos.
Escucho:
Fields of gold | Sting
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