Escribir ha representado la
vuelta a un oficio, una actividad apasionante, un Universo entero, donde las
ideas toman forma de maneras que no podré describir jamás.
Hace años, quizá una década o más,
que dejé de escribir en serio. Me refiero, abandoné la escritura integral de
una serie de historias cronológicamente complejas, que abarcan –quizá– poco más de quinientos años, reflejados en la vida de un grupo de
personajes cuyas líneas temporales trascienden límites espaciales, y cuya
narrativa es una necesidad, una obsesión personal, de extraer de lo más
profundo de mi espíritu, los textos, los mensajes que habitan ahí, integrados
al delirio y la Imaginación.
Hace tan sólo algunas semanas que
retomé la escritura de nueva cuenta, vista como esa herramienta de Vida que me
permite relatar, compartir muchísimo más que una simple historia profunda.
Retomé la escritura para ayudarme a sanar, como terapia de auto conocimiento y
desarrollo humano, para anclarme a la existencia a través de ella, y vivir de
ello, en todos los sentidos.
Descubrí –sin embargo– que para
retomar la escritura como medio de Vida, debía no tomarme en serio la acción en
sí misma, de lo contrario sólo conseguiría un bloqueo creativo (además de la
jaqueca enorme que he ganado estas primeras semanas, día tras día, al sentarme
e intentar escribir o reescribir).
Como nadador (y aplica
dolorosamente también a la escritura) aprendí que un cese en el entrenamiento,
merma por completo el rendimiento y la condición corporal y mental, al regresar
al agua.
Circunstancialmente –para mi fortuna– un hermoso libro se cruzó en mi camino por estos días. Una
lectura fresca, divertida, producto del ingenio y el trabajo de un ilustrador
talentoso y sumamente creativo, que, estoy seguro, me ayudará en el proceso del
regreso al entrenamiento.
Como escritor –y arquitecto– escribir y dibujar siempre han ido de la mano. Durante los
recientes años no pude evitar la génesis de las historias, de la mano de
bocetos o ilustraciones, ya fuera con el trazo de las manos, o la grabación de
notas de voz. La idea de un dinosaurio y una niña se antojó completamente
innovadora y genial, para alimentar mi espíritu creativo.
Vayamos pues, por este sinuoso
camino, de regreso a la escritura.
Escucho:
Trans-atlantic drawl | Fog || Radiohead
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