Weezer ha sido un grupo que me ha sorprendido a lo largo de los
últimos años.
Sus álbumes son aislados,
dispares en mi colección de cd´s. Y aunque no poseo su discografía completa, sus
recientes proyectos han logrado entrar en mi colección, y me han hecho pasar
excelentes momentos.
The black album ha representado una especie de cuadro empático, donde las melodías se han
experimentado cercanas y sumamente personales, como si se tratara de un sonido
altamente familiar y conocido, con una alta dosis de reflexión, pero también de
placer y disfrute.
Con su clásico sello, se han
alejado un poco del sonido sucio y la
distorsión en las guitarras, así como los ecos y los vacíos espaciales y reverberaciones, para instalarse más en la Balada, en el equilibrio entre lo acústico y lo comercial, logrando un ámbito de convivencia más humano y personal.
El álbum me ha acompañado en los
recientes días, y me ha permitido distraerme, sentir placer, leer, reflexionar,
escribir y contemplar. Una amplia gama de oportunidades para tratarse de un
álbum de Weezer.
Imagen tomada de la liga:
Escucho:
High as a kite | Weezer
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