Hacia lo Desconocido
Nos han enseñado que la Vida es sinónimo de
límites.
Que existe el concepto de Éxito, y Fracaso, para
valorar tus logros.
Nos enseñan a transitar por cierto territorio
conocido, donde tiene sentido lo que piensas, lo que expresas, las decisiones
que tomas.
Rara vez nos atrevemos a ir más allá de aquello que
conocemos, que nos define, y con lo que somos definidos por quienes nos rodean.
Aprendemos que son las cualidades evidentes –en ocasiones las más superficiales– las que establecen lo que somos, y lo
que podremos ser a lo largo de nuestra existencia.
Aprendemos que salir de estas circunstancias
convencionales, nos convierte en desafortunados accidentes, en personas que
sufren, adolecen, que carecen, porque han perdido su valor propio, aquello que
las hace dignas de ser tomadas en cuenta.
El Dolor
y la Adversidad, extremas, son
castigos que merman nuestra Seguridad,
que transforman en Miedo nuestra Valentía, llevándonos por caminos y
sendas fuera de lo conocido, que no hace sino despertarnos a la Lástima, auto infligida, y proyectada
hacia el resto del Mundo con el que interactuamos.
Entrar en lo Desconocido
es una pesadilla, una Condena divina.
Una opción que nos aterra, y que nos hace
retraernos hasta las entrañas del más grande Temor sentido.
En esa posición fetal, desde la que actuamos y
tomamos decisiones, no hacemos sino llorar, sufrir, desear morir, y vivir una
vez y otra, las imágenes que nuestra mente herida imagina, donde se dibujan los
más terribles y dolorosos finales de nuestra historia.
Y es verdad, no quiero partir.
No quiero
irme hacia lo Desconocido.
Sin embargo, ya que estoy en el camino, no tengo
otra opción más que cerrar los ojos, al igual que puños, apretar los dientes, y
confrontar aquel Miedo que ha dominado mi ser desde siempre, en esta vida, y
quizá en otras, anteriores.
Viajar a lo Desconocido me ha obligado –irónicamente– a romper los límites, a viajar hacia Dentro, hacia mi Centro –la única salida posible y conocida–, y buscar el Sentido de todo, absolutamente todo, cuanto soy, y cuanto me rodea.
Ir hacia lo Desconocido es una travesía
vertiginosa, donde reconsideras todo lo que fuiste, lo que eres, y lo más
importante: lo que deseas ser, porque
–finalmente– el Libre Albedrío con
el que Dios nos dotó, es la cualidad
más valiosa que nos hace humanos, lo que nos convierte en su más perfecta Proyección, donde la toma de Consciencia es el único camino, no el
último, como enseñan las religiones, limitado Dogma que no hace sino repetir hasta el Cansancio, los límites dentro
de los cuales debemos movernos, para pertenecer al concepto `humano´ y perfecto.
En este camino hacia lo Desconocido he encontrado Dolor, experimentado Sufrimiento.
Abandonado a personas.
Otras me han abandonado.
He llorado, perdido en las noches más oscuras.
También he mirado la Luz directamente del rostro de Dios, a quien encuentro reflejado en
las palabras, en los abrazos de las personas que se acercan, y que me aman,
pese a cualquier condición que defina mis entrañas. En los amaneceres, hacia
los cuales camino directamente todos los días, cuando despierto, cuando me
despierta el perro de la Calle que adopté –o
más bien, que me adoptó– y que se
contonea alegre y pleno cada que ascendemos a ese risco de la montaña, que
tanto nos gusta.
Lo Desconocido se ha convertido, pues, en una
Aventura, una repleta de Inseguridad e
Incertidumbre, donde no tengo la más
remota idea de lo que acontecerá hoy, o mañana, porque he perdido toda ancla de
Seguridad, y que me obliga a anclarme
en el Presente, disfrutando como
desquiciado cada instante, no ayer, ni mañana, ni un par de horas, sino siendo
consciente de disfrutar, de acercarme y abrazar a quien sea que decida
compartir este momento.
Ir hacia lo Desconocido no tendría que ser una
pesadilla.
¿Por qué no
aprendemos a acompañarnos hacia lo Desconocido? Como lo que es, una
experiencia constante, recurrente, que todo ser humano atravesará –porque ya la ha atravesado antes–, que nos vuelve precisamente humanos, vulnerables, carentes de toda falsa Superficialidad, para poder encarar, valorar, aprehender la Esencia de la Existencia misma.
Cuando haya atravesado el velo hacia lo
Desconocido, finalmente recordaré lo que significó tener una Vida plena.
Porque toda Luz, debe provenir de una profunda
oscuridad.
Porque para vivir, un fragmento de cada cosa debe
morir primero, para atesorar el Sacrificio
que representa decidir por la Vida.
Cuando vayas hacia lo Desconocido, no temas más.
Rompe cualquiera de los límites que te haga
experimentar Temor.
Cuando te sepas camino a lo Desconocido, recuerda
estas palabras, que esta noche escribí, estando en lo más profundo de mi ser,
donde habitan, donde la verdadera Luz,
–tímidamente– titila.
La Fuerza se
encuentra dentro de tu ser.
Y ahora comprendo que, para llegar a ella, es
necesario caminar hacia lo Desconocido.
Porque el
único camino posible para crecer, es atreverse a morir en el Fracaso de lo
externo, cuyo Sufrimiento nos hace conscientes del verdadero Valor de lo que
somos dentro.
Imagen editada
digitalmente, original tomada del sitio:
https://www.flaneurlife.com/es/frases-sobre-lo-desconocido/
Escucho:
Into the Unknown | Airbag
Souls in the Machine | The Goo Goo Dolls
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