Los últimos días del año dos mil doce arriban.
Mucho se ha hablado en torno a lo que acontecerá a la
llegada de la fecha establecida como límite existencial, veintiuno de diciembre de dos mil doce.
También ha quedado claro que no se trata del final, sino de
un periodo de transición.
Desde que comencé a leer sobre el tema, hace casi veintiún
años, experimenté en mi vida una serie de transformaciones paulatinas, pero
perceptibles y diferenciadas, que me llevaron a una apertura de consciencia.
Durante este año que concluye, la cantidad de información,
actividad cerebral, y cualidades sensoriales se dispararon, a niveles que no
imaginé.
Comprendí que se trata del factor Tiempo, así como el nivel de Energía
que circula a lo largo de este cierre de ciclo en particular.
La frecuencia de vibración
de la energía es superior, lo que ha logrado el desarrollo de importantes
proyectos de tecnología y comunicación.
Nuestro cerebro se encuentra trabajando a niveles más altos,
por lo que nuestra percepción de la realidad es susceptible de aumentar en
mayor grado.
Es un proceso consciente,
que requiere descubrir las variables que operan en la realidad que actualmente
vivimos, para ser capaces de preparar a nuestro cuerpo y mente para una
apertura e consciencia a nivel mundial.
Confieso que leer por primera vez `El código maya. La aceleración del tiempo y el despertar de la
conciencia mundial´, de Bárbara Hand
Clow, me llenó de una profunda confusión e incertidumbre.
Al ir descubriendo el potencial de mi alma, mente y cuerpo,
muchas respuestas han llegado a mí, y los conceptos, ideas, y objetivos que
antes no comprendía, hoy tienen finalmente respuesta para mí.
El final del ciclo marcado por civilizaciones antiguas está
a punto de llegar.
De lo que es seguro, es que las circunstancias mundiales
están a punto de transformarse radicalmente.
Imagen tomada de la
liga:
Escucho:
Everything
she wants / George Michael
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