A últimas fechas, un extraño
sentimiento nos ha invadido, haciéndonos reflexionar en proyectos que otrora
fueron considerados, y que hoy hemos detenido por razones profesionales.
Una tarde, y una vista en
retrospectiva hacia lo que sucedió en nuestra vida en los últimos cinco años,
nos hizo recordar la esencia de proyectos que realizamos por el solo placer de
hacerlos y divertirnos en el proceso.
Desde que nos fue asignada la
Academia de Artes Visuales, la que –originalmente, debo reconocerlo,
acepté de mala manera– nos hemos
mantenido anclados a una base tras tormentas que han ido y venido, sacudiéndonos
en todos los sentidos.
Hoy nos ha llegado –circunstancialmente, debo decir– un proyecto en el que actualmente
trabajamos, aún sin la certeza si el producto final saldrá a la luz pública,
pero nos concentramos en regresar a los estudios efímeros de grabación y a las largas sesiones de diseño de guión y de edición de material auditivo
y gráfico.
¡Woaw!
Ha sido un tiempo alucinante
volver al trabajo creativo del desarrollo de lenguajes visuales y cinematográficos. Este proyecto comenzó
hace poco más de una semana antes de la escritura de esta nota, y, a pesar de
las adversidades y el poco tiempo que tenemos en nuestra agenda para dedicarle,
nos ha dejado una grata satisfacción, con el inicio de tomas del amanecer en
ciertas locaciones, que servirán de material de inicio de vídeo.
Como sea, este vuelco y la lectura de ciertas entradas
de diario de varios años atrás, nos ha hecho detenernos en seco y reflexionar.
Debíamos tener un tiempo a solas
para detenernos, ya que sólo así se puede
continuar caminando.
La decisión –me temo– ha sido
tomada.
Escucho:
The Wolf /
Believe // Mumford & Sons
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