La Vida me ha llevado por un
camino que elegí hace años. Tantos, que no recuerdo a ciencia cierta los pasos
que realicé para estar dentro de la realidad en la que hoy me encuentro.
He cumplido todos y cada uno de
mis sueños, eso es un hecho, y en todos los casos me he sentido feliz y
dichoso, además de profundamente agradecido por la oportunidad de ver realizado
el sueño en cuestión.
Al crecer –sin embargo– eres
consciente en demasía de la dirección a la que marchas, y comienzas a
preguntarte en algún punto del camino las verdaderas metas que quisieras
realizar, no sólo como profesionista, sino como ser humano. Vivir
circunstancias que merman tu vida sólo aceleran el proceso de entrar en
perspectiva, y darte cuenta que lo que has hecho no es del todo lo que
desearías hacer, además de que el Tiempo se torna un componente que debes
considerar cuidadosamente como una variable donde –al igual que un par más–
no tienes injerencia alguna.
Mentiría si digo que ser
arquitecto fue circunstancial en mi existencia. Al principio quizá lo pude
considerar así, pero la decisión fue consciente, aunque –dadas las circunstancias que hoy vivo– fue una elección que sustituyó a primeras opciones. Al paso de
los años, al ver obtenido mi título, comencé a hacer lo que todos hacemos: realizar actividades para las que estudiaste.
Aprender, ejercitarse en todos aquellos conocimientos que no adquiriste en la
universidad, y conocer a fondo la esencia de la carrera que en algún momento de
tu trayecto, elegiste.
Desarrollarme en esa carrera fue inevitable.
Me trajo bellas satisfacciones. Lo que al principio no pareció gustarme, se
convirtió en una pasión para la que resulté ser buen mozo. El diseño y construcción de la casa que sustituye el hogar de la abuela materna, la impartición de
cátedra, una maestría en diseño arquitectónico, el diseño y construcción del propio despacho de actividades profesionales, dos libros escritos y publicados, un concurso académico de diseño
urbano multi institucional participado y ganado, un rediseño en programa
educativo que hoy opera, y afrontar el reto de co-liderar la licenciatura de
Arquitectura en la vereda académica. Ahora que lo veo en retrospectiva, creo
que todo ello aconteció demasiado aprisa.
Un día despiertas, y te preguntas
cómo demonios sucedió todo lo acontecido, y te cuestionas el lugar donde te
encuentras. Y miras que el título de la carrera en la que te desarrollaste
forma parte de ti, y se encuentra tatuado en tu ser, a tal grado, que pareciera
que te define como ser humano.
Entiendo que no puedo dejar de
serlo, aunque lo deseara con todas las fuerzas e hiciera todo lo posible por no
serlo más. Es una entidad viva con la que has compartido una gran y
significativa parte de tu vida. He hecho el experimento, pero sólo consigo
confirmarme más y más, en cada intento de hacerme a un lado, ser el
profesionista que dicta el título que la Educación te dio. `Soy arquitecto´,
digo sin darle demasiado énfasis a la idea. `Sí, se ve´, es la respuesta inmediata
que recibes.
Pensé de igual manera cerrar este
espacio virtual, que, de todas maneras, se verá interrumpido un día, pero
concluí que era un diario que –a
pesar de tener el adjetivo de arquitecto
en su título– ha servido para
relatar en muchas ocasiones, cuasi todo
lo referente a mi vida, menos lo que compete a un arquitecto.
¿Ser o no ser? En verdad si es más que un simple dilema. Si pudiera
volver en el Tiempo y evitar todo este largo trayecto, quizá irremediablemente
terminaría siendo lo que hasta hoy soy.
No puedo volver atrás. Y siempre he sido un hombre de decisiones
radicales, y tomado las veredas que tal vez nadie más tomaría. Y dejar los
caminos que nadie más dejaría…
En fin, hoy sólo luzco más como
aquella faceta de la que he decidido tomar distancia. Me he distanciado de
muchas cosas a últimas fechas. Y aún falta distanciarme de otras más.
He aprendido que es necesario
hacerlo para continuar viviendo. Una decisión –en definitiva– difícil
de afrontar.
Escucho:
Rollercoaster / Missing (Todd Terry Remix) / Everything but the Girl
Arquitecto franco un gusto saludarlo, sus palabras son inspiradoras me dan fuerzas para seguir adelante. Le agradesco mucho. Le envio un cordial saludo.
ResponderEliminarArquitecto franco un gusto saludarlo, sus palabras son inspiradoras me dan fuerzas para seguir adelante. Le agradesco mucho. Le envio un cordial saludo.
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