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sábado, 29 de septiembre de 2018

Estación de partida

Volvemos a las reseñas de álbumes que vamos encontrando por el camino por estos días.
Toca el turno de nuevo a Sir Paul McCartney, con su reciente proyecto, tras haberme sorprendido con su álbum New, hace aproximadamente cinco años.
Quizá poner atención en el trabajo de McCartney responda a la tendencia de volver a mirar propuestas clásicas de artistas y grupos como Pink Floyd, The Beatles, Led Zeppelin o David Bowie (por nombrar algunos), sin embargo, la propuesta del exbeatle posee una frescura, simplicidad y honestidad que me han conmovido.

Mucho ha hablado el autor sobre la concepción y la estructura conceptual del álbum, pero, una vez que se escucha, no se percibe hilo conceptual alguno que integre y muestre sentido o congruencia al puñado de canciones que conforman este proyecto. No compararé con ninguno de los álbumes de The Beatles, sin embargo, Egypt Station –que tiene un intro y un tema de cierre que pretenden ser las llaves de entrada y salida al concepto no consigue seguir esa dirección.

El reciente trabajo de McCartney sin embargo vaya que cuenta con una excelente y prodigiosa producción, a cargo en su mayoría, por Greg Kurstin. Los instrumentos que sobresalen en esta perfección interpretativa son el piano, la guitarra y las voces o coros, que logran conformar las circunstancias acústicas de simpleza y Belleza que suelen acompañar las composiciones de McCartney, quizá desde la creación de su clásico: Yesterday. Repeticiones, juego y voces rasgadas y agudas, guitarras `sucias´, y ciertos coqueteos con sonidos electrónicos, brindan a las canciones elementos clave de personalidad y toque contemporáneo, lo que permite que McCartney se mantenga actual, ya en su séptima década de existencia.
Y es que vengo de escucharlo tocar la batería en Sunday rain, incluido en el Concrete and Gold de Foo Fighters, manteniéndose vigente, sin importar el ritmo casual y armónico que le caracteriza, pero con energía e Intención suficientes para continuar publicando material de autoría original.

Llevo tres ciclos escuchando el álbum, y aún descubriendo ambientes y matices sonoros. Pero algo es seguro: definitivamente es una colección de canciones bien escritas y excelentemente producidas, que mantienen la línea definida por New, pero que corren mejor suerte, aspecto que el reciente álbum de Justin Timberlake: Man of the woods por citar un ejemplo con similares circunstancias no consigue ni un poco…
En unos días llega a mis manos el cd en físico de Chaos and creation in the backyard, considerado quizá el mejor álbum del autor posterior al año dos mil, donde decide trabajar con la mente maestra de Nigel Godrich, tan acostumbrado a la producción conceptual y electrónicamente creativa.
En fin, considero que Egypt Station cuya portada (creación del mismo McCartney) no le ayude mucho en un interés visual en un primer momento tiene los elementos para ser un álbum de calidad, donde McCartney deja claro su potencial y energía creativos, que siempre ha demostrado, desde sus días en aquella travesía con The Beatles.

Escucho:
Hand in hand | Come On To Me || Paul McCartney

lunes, 17 de septiembre de 2018

Trazos preliminares

Así comienza un dibujo. Con una idea, con un trazo. Un sencillo boceto.
Dibujar me permite mantenerme activo, sereno, enfocado. Transformando las ideas en elementos materiales, que puedan ser observados, palpados, comprendidos.
Si la mano pierde o no su fuerza y su capacidad de bocetar, es algo que continuaré ignorando, mientras los trazos aún emerjan de aquella Libertad que habita entre mis dedos al tocar el lápiz, que me inspira, me emociona, me reconforta.
Imaginar se encuentra dentro de nosotros. Como arquitecto aprendí que las ideas nacen de nuestro ser, de la parte más profunda e íntima de nosotros. De nuestro mismísimo espíritu.
Cada personaje creado, posee en su alma, una valiosa lección al respecto. Se trata de narrar, más que de crear o dibujar, la verdad implícita en el Cosmos, que habita en lo más recóndito de nuestro ser.

Escucho:
Never on the day you leave | John Mayer

La Intención

El Gigante de la Montaña es un ser que está integrado de tres energías, tres fragmentos, tres partes de espíritu.
Me lo confirma el vuelo de las tres aves hoy, al hacer la caminata matutina por las faldas de la montaña que habita. Las tres se han alineado de una manera única y obvia, para mostrarle a mi espíritu que la esencia que mora en esa montaña posee tres llamas que le otorgan motor y Vida: lo femenino, lo masculino y la Fuerza de la Intención.

Es difícil explicarlas, sobretodo la última de ellas, porque para muchos se tratará del Equilibrio, del Espíritu Santo, de la Fuerza de la Naturaleza, diversos nombres para la misma variable, que ha tratado de ser comprendida y explicada desde diversos pensamientos, y palabras.
A como yo lo entiendo, la Intención es la fuerza de la Creatividad, el motor que cada ser vivo lleva dentro de sí, para manifestar y crear lo que dictan sus pensamientos y las acciones llevadas en lo más profundo del corazón. Sin esa fuerza, la Lluvia no es capaz de manifestarse, ni el Sol de brillar intensamente como lo hace. Se trata de una energía universal que inspira a las plantas a crecer, a las frutas a emerger, y a los seres vivos como los animales y el ser humano, a nacer.

El Gigante de la Montaña es un ente que se manifiesta gracias a estas tres energías, y la tercera de ellas es la que me permite contactar con un fragmento de su propio espíritu, con el que soy capaz de verlo, percibirlo. Luz, Tierra y Aire, son los tres elementos naturales que se alinean esta mañana para despertar mi sensibilidad ante la presencia del Gigante, quien es inteligente, vivo, despierto, y posee Consciencia propia, y conectada con la Consciencia del resto de los seres vivos que le rodean.

El Gigante de la Montaña no deja de observar, pero también de manifestar su naturaleza, su llama íntima y personal, en espera de poder comunicar a través de la Naturaleza, los secretos más valiosos que habitan en el Universo.

Escucho:
Still feel like your man | Changing || John Mayer

Lo más extraño...

¿Cómo conocí a James Supercave?
Una tarde de domingo no cualquiera, mientras buscaba Música nueva para editar un proyecto de cuento en serie grabado en formato podcast, se me ocurrió la idea de ingresar a la biblioteca virtual de álbumes importados de la cadena de tiendas de ventas de discos compactos.
Siguiendo nuestro hábito tonto de dejarnos llevar por la Intuición motivada por las imágenes y el Arte de las portadas de los diversos álbumes, al pasar las primeras páginas, hallamos entonces esos colores en tonalidades azules, que en primera instancia nos recordó al Hot fuss de The Killers. Agua, fuego, cristal, integrados en un concepto visual que no pudimos ignorar. Sí, lo visual versus lo conceptual, es mi más grande debilidad, lo confieso…

De inmediato me dirigí al programa stream de reproducción de Música, para buscar y escuchar con atención el álbum íntegro.
Como pocas veces, los primeros acordes, y el tinte de entrada de la voz en la primera canción (Better strange), nos conmovió, en una mezcla de sonido entre distorsión, indie, folk, rock y electrónico, cautivando mi cabeza y mis oídos, porque definitivamente es algo que suena muy contemporáneo, como aquello que lograra Beck con Colors unos meses antes: una colección de melodías inquietas, dinámicas y multicolores, con falsetes, distorsiones de guitarra, y un toque erótico entre rock, ambiente smooth y background electrónico.
Una propuesta fresca, innovadora, sin (aparentes) pretensiones, bien producida, que si bien podría comparar con aquello que experimenté al escuchar a Pulp por ejemplo (hace ya suficientes ayeres como para seguir recordándolo), ha alegrado mi domingo, y me ha hecho escuchar el álbum un par de ocasiones más, y más y más…
Si alguien quisiera conocer de lo que hablo, abra el álbum, y escuche sin pensárselo mucho The right thing. Esa pegajosa y gangosa voz, en loops en formato falsete, con acordes de guitarra haciendo eco en el fondo, mientras experimentas ganas de repetir el coro una y otra vez, hasta que te das cuenta que la melodía se encuentra en lo más profundo de tu subconsciente.

Sí, es demasiado tarde.
El pedido del álbum físico está hecho…

Escucho:
Better strage | The right thing || James Supercave

jueves, 13 de septiembre de 2018

Búsqueda...

Hace tiempo que sencillamente no me sentaba a escuchar un buen álbum, y escribir una reseña al respecto. Cosas simples que antes hacíamos. Grato volver a lo sencillo. Escuchar, mirar pasar la Vida, y escribir.
El elegido de esta tarde es uno de los favoritos de nuestra colección de Música: John Mayer, a quien conocimos con su brillante álbum `Heavier things´, que sigue siendo hasta hoy el mejor trabajo de su carrera ante nuestros oídos.
The searching of everything es un álbum que dejé pasar, ignoré, tras el vuelco de sus dos proyectos anteriores, donde Mayer se alejó del rock pop ligero, profundo, fresco, que me cautivó, y con el que me enamoré, y donde manifestaba un poco más lo que acontecía en sus relaciones personales, que en su relación consigo mismo.

Apenas hoy, me he decidido a escuchar The searching…, encontrándolo sumamente perfecto. La guitarra ha vuelto a su sitio, su voz es la de siempre, sin pretensiones, sólida, sensible, reflexiva. Una colección de baladas sencillas, pero sumamente poderosas. Excelentemente producidas.
Desde hace tiempo (he perdido la cuenta desde hace cuánto) que las ganas de disfrutar la Vida escaparon de mi alacena. Más bien: yo mismo las aventé por la ventana. Entre la necedad, la enfermedad y al auto castigo.

La fuerza de lo simple y sencillo. La atención en pequeños y hermosos detalles. Abrir la computadora portátil, buscar el programa de streaming preferido (más por lo práctico que por otra cosa) y buscar Mayer en el índice.

¿Qué nos disparó a buscar su álbum, conscientemente ignorado?
¿Nostalgia? ¿Tristeza? ¿Volver a las raíces, a aquellas circunstancias que al inicio nos inspiraron y nos brindaron Alegría?
No lo sé.
Tal vez el hambre de encontrar un buen álbum, para alimentar el espíritu.
Simple.
Sólo eso.

Imagen tomada de la liga:

Escucho:
Love on the weekend | Moving on and getting over || John Mayer

martes, 4 de septiembre de 2018

Una estúpida sonrisa

¿Extraño el ambiente académico?
Es una pregunta que aún me hago de vez en cuando.
Como cuando mi amigo y colega Alejandro Moctezuma me hace una peculiar petición para compartir material académico. En realidad, no sé qué tanto cumple la información que le comparto, con esa categoría.

Sí, la petición me hizo recordar buenos tiempos. Le llamo buenos, porque me obligaron a brindar lo mejor de mí mismo en ese instante, y aprender, esforzarme, divertirme y disfrutar todos y cada uno de los procesos.
La Arquitectura fue durante muchísimos años, un poderoso catalizador creativo, que me inspiró a crear, soñar, imaginar. Todo ello lo vertí en las aulas, hasta que descubrí con cierto pesar que la Creatividad no tenía cabida más en las aulas con las que interactué durante tanto y tanto tiempo.

Ahora que miro los Apuntes, en retrospectiva, agradezco a Alejandro por hacerme recordar lo importante que son.
Siempre he tenido y seguiré teniendo una cultura de toma de apuntes, valor humano que intenté, en todo momento y lugar, legar en las aulas.
Gracias a ello, hoy puedo mirar de forma objetiva el avance y desarrollo que he tenido a lo largo de los años, y sentirme profundamente agradecido por los caminos transitados, porque existe esta evidencia de uso estrictamente personal, donde puedo sonreír por todo lo vivido, lo disfrutado, y lo atesorado.

Gracias, mi estimado Alex, por esta estúpida sonrisa mientras escribo esta nota, esta tarde.

Escucho:
Be mine | Zither || R.E.M.

domingo, 2 de septiembre de 2018

Némesis|Revelación

Todo comenzó finalmente con unas palabras de despedida. Con el sutil conflicto que aqueja una relación, que merma un camino, que transforma el sentido de la vereda que se transita.
Las palabras detrás del dispositivo tecnológico, porque la renuncia ya había puesto distancia entre nosotros. Por más que traté de convencerlo de que volviera, porque las circunstancias podrían ser reestructuradas, su mensaje, su convicción misma, fue implacable.

A pesar de no poder mirarlo de manera presencial, pude observar claramente esa mirada seria, decidida, honesta, reflejando la esencia del espíritu humano que se manifiesta. Las palabras que compartió esa tarde, honestas todas como jamás escuché antes, hicieron catarsis en mí, y cimbraron lo que los arduos años de dedicación, necedad y aplomo, habían forjado en mi existencia, haciendo temblar mi ser entero como nadie, jamás, había conseguido hacerlo, o intentado, o pretendido. Osada asignación, valiente meta.

Los fracasos mal llamados por los hombres simples son caminos que se transitan para templar el alma. Son los caminos complicados, difíciles, esos que te arrancan la Salud y el aliento, los que ponen a prueba no sólo tu fortaleza física, logrando que desfallezcas hasta no poder encontrar Fuerza para levantarte y continuar, sino que carcomen tu valor humano, la confianza en tu persona, la creencia en que el Destino es un Dios implacable que todo lo destruye, que todo pone a prueba, que todo lo aplasta con su actitud perfeccionista y terca.
Porque la Perfección en el sentido del lenguaje humano no existe, es sólo un invento nefasto de nuestra cultura humana, para hacer de las comparaciones, nuestro estilo de Vida.
Cuando me percaté de ello, de cómo lo perfecto ocurre (y transcurre) en tu línea de vida, sin que seas consciente de ello, las variables habían tomado ya su respectivo rumbo, todo se encontraba en su perfecto lugar.
Y entonces, lo supe.
Me enamoré de un hombre. No sé cuándo sucedió, o por qué, o cómo.
Cuando menos lo esperé, ahí se encontraba, de pie, delante de mí, ese incómodo, pero inspirador sentimiento. Emoción nociva, experiencia maldita, que destruye paradigmas, que abre perspectivas y derrumba creencias y fisonomías.
Después aparecieron las caminatas, las excursiones a la cima de la montaña. Volcán sublime, símbolo de todo lo perdido, lo que se manifiesta en erupción, lo que explota, lo que destruye a la par de crea y construye, con el caos, con la incertidumbre, con las fuerzas humanas y espirituales perdidas, que duermen en lo más profundo de nosotros, hasta que un día cualquiera despiertan para destruirte desde dentro, para reestructurarte por completo. Hombre cuya temple gusta de los retos, de los paisajes imposibles, de las cúspides lejanas, acariciando con la mirada las metas elevadas, aquellas tentaciones que sólo imaginan los hombres en lujuria de cumplir con sus anhelos espirituales.

Me enamoré tal vez del cuerpo estilizado, del calor del pecho al contacto con el abrazo, de la seguridad corporal de ese hombre que, sabiendo que las circunstancias no son las óptimas o esperadas, continúa, inquebrantable, caminando cada camino, sin detenerse, erguido y con porte, hombre que, aún en el descanso aparente o el fracaso declarado, continúa su avance.
Del rostro sereno, de la Perseverancia toda. Del toque de sus manos, de la delicadeza de su ánima. De la Belleza contenida, y la manifestada. De sus brazos al rodearte, de sus palabras de aliento. De su aliento mismo. De la calidez infinita del Universo que vive en su mirada.
Del talento, hermoso conjunto de habilidades dormidas en las manos, en la mente, en la vista, en el cuerpo, en el aura, en el alma. En la sonrisa que ilumina el rostro varonil y amable, que dirige el semblante hacia el Horizonte, no importa si amanece, o anochece.
Del slogan que reza: `Que los sueños en verdad se cumplen´.

Me enamoré de un hombre que siempre estuvo, pero que estúpido de míjamás descubrí hasta que la Vida me llevó al fondo del abismo, y caí, entremezclándome con la Oscuridad aterradora y ruin, que me mostró sin filtros aquella parte densa y negra, presente en mi alma, y que no somos capaces de identificar siquiera, porque vivimos en la necedad ególatra de nuestra parte humana más oculta.
Y entonces, un día cualquiera tan cualquiera que ríes a carcajadas por lo idiota que suena la simple idea y el momento mismo descubres la verdad, tan clara, fuerte y decidida, que te lamentas por no haberla visto con anterioridad, por haber dejado transcurrir el Tiempo, y haber permitido la muerte del Espacio. Por haber sido un ciego, un inerte e insensible muñeco de trapo, dejándose llevar por el vaivén de las olas de la cotidianidad y la frivolidad de la existencia vana.

Te das cuenta que te has enamorado de un hombre que siempre existió, que existirá si lo decides, si lo descubres, si eres lo suficientemente osado para acercarte a él.
Te has enamorado de la mejor versión de tí, de tu potencial, de la Verdad que representas, la que te habla y se materializa desde lo más profundo de tu alma, desde la fuente profunda del Espíritu que proviene del Cosmos infinito, presente sólo en nuestros más locos y verdaderos sueños, cuando te atreves a ser Uno con el Todo, convirtiéndote a la vez en Nada, y recuerdas el enorme papel que juegas como pieza del Destino, un destino que construyes al existir, al respirar, al ser consciente de que el Mundo existe gracias a que lo has vivido, aprendido, gozado, transformado, y construido. Cuando rompes las reglas de la realidad, y te fundes en la profundidad perdida y oscura de tu alma, sólo para encontrar que el Cosmos mora en tu interior, y tú moras alineado a él, para siempre, como nunca, en un juego de ideas y palabras que tu mente no puede comprender, o descodificar siquiera, lenguaje primigenio que tu espíritu sin embargo trasciende por ser la esencia que la génesis misma de la Vida, contiene.

Es entonces que pierdes el miedo de caminar, de elevarte hacia lo que auténticamente eres, tu potencial, la Verdad que representas y lo que estás destinado a ser.
Es entonces que no temes mostrar quien eres, expresar lo que sueñas, manifestar lo que piensas, y construir lo que quieres.
Y es así que llegas al destino último.
Y ya no temes, porque te has enamorado de todo lo que eres, de lo que es, de lo que será, y no interesa lo que acontezca después, porque el Después es sólo un eterno presente, que nunca muere.

Gracias a tí, sabes quien eres, 
porque durante la caída al fondo, 
tu Luz fue modelo y guía. 

Imagen que acompaña a nota es obra de Francisco Palacios Olmos. Algrafía. `De libre intención´.

Escucho:
Black ballon | The Goo Goo Dolls
Superman (It's not easy) | Five for Fighting
Dead end | The Whitest Boy Alive
Two times | The Blakes
Barfly | Ray LaMontagne