Dolor.
Crecer lo involucra.
Estamos habituados a vivir de forma permanente en la Comodidad.
No esforzarnos es el objetivo de la Vida por la que luchamos hoy en
día.
Mirar las cosas acontecer, guardando ese sentimiento ruin de creernos
merecedores de los bienes que el Universo, representa.
Si intentamos definir la Belleza, nos encontraremos con la necedad
de conceptualizarla a partir de sensaciones, de emociones gratas,
lejos de los procesos de dolor, que la misma Belleza, representa.
La Naturaleza nos muestra a cada instante, que para que la
Belleza pueda emerger, es esencial el sufrimiento de variables en conjunto,
casi en un Milagro, con una Empatía y Sincronicidad tales,
que olvidamos que nuestra existencia es producto de ese mismo acontecimiento metafórico.
Vivir reveses, obstáculos o conflictos, nos recuerda que aún
existe mucho por templar en nuestro ser. Sufrir y caer, son
acciones que lastiman, pero que al final del día legan oportunidades de
aprender, siempre y cuando estemos dispuestos a abandonar nuestros pasos firmes.
La oportunidad de Desarrollo surge en ocasiones, a partir de los
más complejos escenarios.
Del dolor de darse por vencido, mirando cómo las circunstancias
parecieran sobrepasarnos en todo nivel.
Del hecho de nuestra insignificancia como seres individuales,
luchando por objetivos que percibimos, no se cumplirán jamás.
Perseverar es una acción que carcome nuestro Optimismo.
Luchar no es una opción más, por la falta de nuestras fuerzas.
La Belleza se mira tan distinta, tan distante, que es más sencillo considerar
dejarla ir.
El dolor anterior a la obtención de la Libertad, es un don preciado
y valioso, que nos enseña a ser pacientes, a merecer aquello por lo que
luchamos.
Cada flor que encuentro por estos días durante las caminatas
matutinas, nacida de la Incertidumbre, el Abandono y la Contrariedad,
así me lo señala.
Así me lo enseña.
Escucho:
Street spirit (fade out) | Harry patch (in memory of) | Codex || Radiohead
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