Los colores del amanecer de hoy son diferentes.
Expresivos.
Versátiles.
Me hacen recordar aquellas memorias, aquellas metas y circunstancias que
pudieron ser, pero que se han desvanecido.
En sus rostros encuentro los momentos que viví, que disfruté, y que
atesoré sin saber que un día no los tendría más.
La Tristeza esbozada en una imagen, en un paisaje, en un conjunto de
elementos, cuya composición, conmueve por completo a mi corazón contrito.
Imagen que se dibuja en la realidad por sólo breves minutos, para
recordarme que las cosas que en verdad merecen la pena son aquellas que no
duran para siempre, porque el dolor de la Pérdida, y la consecuente Melancolía,
me harán valorar desde lo profundo, todo lo hermoso que aconteció en breves
instantes, suficientes para tocar las fibras del espíritu, y hacer
consciencia de lo afortunado que fui, que soy, por ser capaz, hoy, de contar
tal o cual historia.
Ése es precisamente el dilema.
Contar o no, la historia.
Como el amanecer de hoy, que me ha hecho detenerme y reflexionar a lo
largo del resto del día.
El temor late ahí dentro. Dentro de mí.
Enfrentarse a la realidad de los colores y las formas que definen el
actual amanecer no es un trabajo fácil. No es una decisión grata.
A veces contemplar el amanecer involucra cierto Miedo.
Temor de hallar la irremediable Luz, en toda aquella acción de Oscuridad,
e Inconsciencia.
Escucho:
Lotus flower |Optimistic | Just || Radiohead
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