Hace poco más de un año, el ejercicio y la reflexión meditativa no eran parte de mí ni de mi vida. Como persona, con tu rutina y tu cotidianidad, diseñas -a veces de manera inconsciente- lo que define tus actividades y que te construye como ser humano en todos los sentidos.
Hoy, tras una serie de eventos personales que lo han trastocado todo, las cosas han cambiado radicalmente.
Días atrás concluí un excelente libro llamado El camino del artista en acción [Montando al dragón], que me hizo poner de nuevo muchas situaciones en perspectiva. En ocasiones un cambio profundo en tu vida no requiere un exorbitante esfuerzo económico o personal. Sólo es cuestión de deseo y decisión, traducida en perseverancia.
Después de algunos días de no poder nadar por cuestiones de salud, he descubierto que este ejercicio es para mí algo más que simple ejercitación del cuerpo. Ahora es esencial. El texto leído tiene mucha razón al recomendar que busquemos actividades que sirvan para nosotros como descansos, es decir, que nos saquen de nuestra repetitiva rutina y nos pongan en contacto con nosotros mismos, con nuestro interior, lo que realmente somos y deseamos como seres humanos.
Nadar ha sido para mí una experiencia grata y sumamente reconfortante, que me ha ayudado a ver las cosas que suceden a mi alrededor con mayor claridad. Ha sido también una actividad que ha colaborado a descubrir la paz interior y la búsqueda del conocimiento intrínseco.
Es extraño -y sorprendente- como tu vida, y lo que haces de ella, puede variar y tornarse en situaciones o experiencias que forman parte de ti y que jamás imaginaste dentro de tu esfera existencial.
Estos días -los últimos del año 2O1O- significaron una crisis muy grande, un enorme reto que enfrentar, y que -lo confieso- tenía temor de ver con claridad, confrontarlo y tomar decisiones para combatirlo.
Ahora, nuevas ideas, planes y perspectivas se han desdibujado en la lejanía. Hace tan solo algunas horas, algunas visiones y revelaciones han tenido lugar en el acontecer de los minutos en medio de la soledad, el nado, la lectura, la profunda reflexión, y el final de la crisis acontecida…
¿Qué viene ahora?
Paulatinamente iré narrando los planes y las decisiones, conforme éstos se consoliden y materialicen.
Fotografía: http://www.oceanidas.net/blog
Escucho: Change of heart / Toto
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