La Vida posee su propio ritmo, su propia escala y proporción.
Rara vez comprendemos eso, y mucho menos somos capaces de entender su mecanismo y su funcionamiento. Las Leyes que la rigen, van más allá del conocimiento y la experiencia humanos.
Sin embargo, las cosas lentamente irán tomando su lugar en el orden que les corresponde. Lo que deseamos se presenta en momentos y formas que nunca imaginamos, y la frustración aparecerá entonces, al mirar que los planes se desvanecen una vez y otra.
Tal vez la decisión tomada hoy traiga el día de mañana reflexiones profundas en torno a lo que pudo haber sido.
Lo importante es permanecer sereno y tranquilo en mente, cuerpo, consciencia y corazón.
Y así lo estoy en este momento.
He comprendido que la Vida es más grande que yo, o lo que yo solo pueda hacer al respecto por intentar modificarla. Ella simplemente seguirá su curso.
Soy arquitecto, sí, y crear y modificar espacios me da la oportunidad de transformar el Tiempo y el Espacio en mínimo grado.
Pero solo, actuando individualmente no se logra nada.
Sacrifico la oportunidad en pos de viajar una milla más y luchar por el siguiente sueño en su respectivo siguiente nivel.
La Vida -repito- tiene sus propias reglas…
Y yo las mías.
Escucho: Love and affection / Donna Lewis
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