Algún
día escribí un cuento surrealista,
llamado La insumisión.
Hoy,
imagino trasladar la historia a mi reciente experiencia con la Música.
Muy
temprano, mientras nadaba, mi cabeza no dejaba de parlotear. No lo hacía como
normalmente lo hacía…
Peor
aún. ¡Lo hacía con notas musicales!
Dentro
del agua, cuidando la coordinación de mis extremidades, en mi mente naufragaban
los sonidos, de notas que aún no puedo ser capaz de identificar con oído, en
ciclos interminables que se repetían una y otra y otra vez…
Al
salir, las notas continuaban ahí.
Caí
en cuenta que quizá enloquecía, cuando las notas mutaron [si es eso posible], convirtiéndose en el fragmento de una
melodía que comenzó a dar vueltas en la atmósfera mental.
Mis
dedos, entonces -ahora sí que había
perdido la chaveta-, comenzaron a
tocar imaginariamente… ideando los movimientos, trastes y cuerdas que podría
tocar para replicar las notas y loc ciclos mientras mi mente identificaba el backtrack dibujado…
Ahora,
no puedo aguardar para tener de nuevo la guitarra entre mis manos…
Historia:
Basada
en hechos reales.
Escucho:
Shine on you crazy diamond [Parts VI-IX] / Pink Floyd
Innocence of sleep / Placebo
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