Largo tiempo que no transitaba por las veredas verdes y
hermosas, tupidas de tonalidades verdes hasta el infinito, donde tu pupila se
maravilla de la gama de posibilidades.
Hace tiempo no veía el agua correr, desde que escribí esa
historia de cierto pueblo de la sierra, hundido en el universo de la Tradición,
y el Olvido.
El agua, presente en forma de cascadas traviesas e
imparables, cuyo temperamento empapa tu ego hasta el punto de olvidar quién
eres en tu mundo limitado, y te abres a la eternidad de lo imposible.
Hundir los pies en el agua ha sido una manía innata, de esas
que no puedes explicar siquiera.
El verde conquista el corazón, como la Belleza de la
Arquitectura inspira el alma.
Escucho:
Children´s
crusade / Sting
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