`Es una metáfora,
no tienes que ser astronauta,
ni tienes que ser un hombre o una mujer para que funcione.
Es una historia de adversidad
y todo el mundo tiene adversidades en la vida´.
Alfonso Cuarón
Gravity, la más
reciente producción cinematográfica de Alfonso
Cuarón que he visto con cierta expectativa y un poco de reserva, ha superado
lo que se esperaba de ella.
Una obra inteligente, por completo visual y sensitiva, donde
las complejas tramas a las que nos tiene acostumbrada la reciente Ciencia Ficción, no tienen razón de ser.
Es una historia simple, asombrosa visual y narrativamente. Una expresión
minimalista de la complejidad del ser humano en situaciones extremas, donde el
instinto básico de supervivencia se
impone a todo lo demás.
Si visitas la sala de cine aguardando por una película de
acción espectacular, por favor, piénsatelo dos veces.
Gravity apuesta
por la tecnología 3D en el sentido
reflexivo puro. La fotografía de Emmanuel
Lubezki es excelsa, y la línea narrativa seguida por Alfonso Cuarón y su hijo, Jonás
Cuarón, es el más sentido cuadro sencillo de una narración. Impresiona lo
que se logra con tres actores –uno de
ellos en más del setenta y cinco por ciento de protagonismo en la cinta– y la explotación de la delicada
naturaleza humana, en las circunstancias más extraordinarias jamás imaginadas.
Técnicamente es perfecta, y hermosa en el más amplio sentido
de la palabra.
Una prueba de que lo simple, narrativamente hablando, y lo
visual, en su más perfecta y pura expresión, pueden contar una historia donde
los únicos protagonistas son la Naturaleza,
y su hermana menor, la naturaleza humana.
Imagen tomada del
sitio:
Escucho:
Intenta amar / La Ley
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