Los días han trascurrido sin actualizar o escribir
en este sitio digital, una especie de diario que narra todo aquello que
acontece. Ahora comprendo a nuestro amigo Juan
Manuel de Jesús Escalante, cuando descubrí que cerraba uno a uno los
diarios en los que escribió al paso de los años.
El hecho de no escribir públicamente no significa que no se tengan vivencias qué contar. Al
contrario, considero que es ésa la razón exacta de la falta de escritura. Tanto es lo que ha acontecido.
Desde meses atrás hemos decidido conscientemente abandonar paulatinamente
los campos directos de la Arquitectura,
en el rubro del Diseño y la Construcción. Muchas son las
circunstancias que han trastocado la existencia en docenas de sentidos, lo que
nos ha llevado a analizar profundamente el
rumbo que la vida toma a partir de este momento.
La Arquitectura
jugó –y ha jugado– un papel decisivo en mi línea de Tiempo. Desde hace algunos meses, comenzó a
desdibujarse una lenta despedida, un adiós que lentamente se materializó al
lento paso de los días.
He considerado la idea de abandonar este diario, en
aras de consolidar la transición que
experimentamos en este momento, donde se han presentado posibilidades que
nunca antes se observaron, y que nos llevan a nuevos campos, y, por ende, a
nuevas veredas y caminos que recorrer.
Muchos son los proyectos que se han gestado al paso
de casi ocho años desde que Architectiak
–como sello de Diseño– se concibió. Hemos tratado de dar
seguimiento y materializar todos y cada uno de ellos, y al paso del tiempo
hemos visto libros publicados, sedes físicas tomar forma y lugar, proyectos de podcasts y cuentos en serie,
conferencias y charlas en torno a la Arquitectura, cátedras y demás docenas de
actividades diversas.
Algunos proyectos han permanecido en el tintero,
otros más han sido cancelados y vueltos a la vida. Pocos más cancelados
definitivamente sin esta suerte de regreso.
El proyecto que se manifiesta en este momento no
tiene relación alguna con la Arquitectura, y nos lleva a lugares y reflexiones –ilusoriamente, tal vez– lejos de ella.
Charlas con los [pocos] amigos cercanos siempre han
sido una especie de brújula directriz
de valoración y consideración del rumbo a seguir. Ahora no ha sido la
excepción. Las personas íntimas, aquellas que nos conocen en lo más profundo,
saben a lo que nos referimos, y la incertidumbre que –en estas tardes– se
vive.
Las actividades y proyectos académicos e
institucionales se han volcado en desastres de igual manera, lo que nos orilla
a tomar las decisiones que se postergaron durante meses [por no decir años].
Las nuevas vivencias nos obligarán –por deber moral y personal– a considerar de
igual manera un nuevo espacio virtual para las reflexiones y las lecciones que
lentamente se aprendan.
Los mantendremos –como siempre lo hemos hecho–
al tanto de la metamorfosis.
Imagen tomada de la liga:
Escucho:
Mint car / The Cure
For your own good /
Pet Shop Boys
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