Una extraña sensación la que me embarga, relacionada con el
concepto del Tiempo.
Hoy, más que nunca, me siento ligado con días pasados. No
hablo de períodos de mi vida, como infancia o adolescencia, no, sino más bien
como la comprensión del transcurrir lineal y monótono del Tiempo.
Finalmente el Tiempo es sólo una percepción humana de lo que
la Vida representa. Déjenme aclarar esta idea. Si estuvieseis en el interior de
un vaso de agua simple y pura, la forma y la configuración del líquido que percibieras
sería la forma misma del vaso de cristal que la contiene, ¿me equivoco?
Algo similar sucede con nuestra percepción del Tiempo.
Es el testimonio mismo –la
esencia, me refiero– de la
existencia de la Vida, son los ciclos del Tiempo. Caprichoso elemento que, cual
líquido escurridizo, se amolda a las percepciones de los seres vivientes que lo
viven, y contienen.
Me siento en comunicación directa con cuarenta años a
distancia, en el pasado, cuando yo a duras penas llego a los treinta y seis.
¿Cómo es esto posible? ¿Cómo puede ser que perciba de manera tan clara una vida
a tantos años de distancia?
La Consciencia y
la Supraconsciencia, son dos
elementos racionales y sensoriales humanos, que nos ofrecen
dones infinitos. ¿Cómo puede ser que yo posea las mismas habilidades,
pensamientos, valores, sentimientos, y virtudes que alguien de mi familia que
vivió años atrás?
Herencia biológica y
cultural, dirían los científicos.
Es como un enorme deja
vú que se vive en este momento. La única diferencia es que yo no pude haber
vivido la sensación primera, porque aún no nacía en esta Tierra. Y sin embargo,
las circunstancias son exactamente las mismas.
Lo que puedo hacer, es lo mismo que mi bisabuela hizo en su
momento. Se dibuja una sonrisa en mi rostro cuando intento imaginar la morfología
de las actividades realizadas hace cuarenta años, y cómo, por irónico que
parezca, soy yo mismo capaz de repetir la historia, con pinceladas de elementos actuales de tecnología, desarrollo y comunicación. Con una ciudad de fondo, electricidad
para todo, facilidades digitales y virtuales, panorámicas urbanas infinitas…
Soy un hombre de ciudad, quiero decir, que hace cosas que no
corresponden a estas circunstancias, a lo que me considero que soy, o lo que me rodea.
La sensación que guardo al escribir esta nota se relaciona
con la idea de que el Tiempo y el Espacio en verdad son relativos, y que la percepción de la
distancia y lejanía es sólo un simple espejismo de nuestra humana y limitada
perspectiva racional.
Y la comunicación con la bisabuela es simple, llana y clara
como una conexión telefónica digital.
Me siento tan estúpido al dilucidar sobre algo tan simple, y
a la vez complejo de explicar.
Vaya, una interesante reflexión ha resultado esto…
Escucho:
Still I love you / Candy Dulfer
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