La Intención lo ha sido siempre, todo.
Nos movió en un primer momento a
transformar la realidad, para después darnos cuenta dolorosamente que dicha realidad no desea ser transformada.
La Intención –que algunos llaman Voluntad–
es lo que me mantiene vivo.
Como un árbol en medio de la
Nada, el paisaje desolado aporta cierta Belleza y peculiaridad al ambiente.
Sólo se requiere voluntad para
modificar la dirección de las cosas, como la potencialidad, la infinita
direccionalidad de las ramas de nuestro árbol, creciendo sin una dirección en específico, sabiendo –sin embargo– que se dirigen hacia lo alto, hacia el
cielo, infinito e interminable.
Escucho:
Misery | Good Charlotte
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