La ventana se ha convertido en un
lienzo donde la luz del Sol ilumina mis adentros.
Como niño asustado, atisbo por el
hueco entre mi realidad, y la Incertidumbre de lo que acontece, afuera.
Observo la Soledad de una ciudad sometida
por la Intranquilidad, cubierta por el velo gris del Miedo.
He visto demonios agazapados en
las orillas de los arbustos secos, aguardando pacientes atacar con su sola
presencia y su penetrante mirada, la Seguridad y Fe de las personas.
Buscando respuestas, me he
volcado en Oración al Cielo, preguntando por señales, circunstancias que deban
realizarse, o dejarse de realizar, para volver a una Normalidad cuyo retorno
ahora sé, no será posible. Lo digo en mi propia vida, porque lo que he visto y
experimentado, ha trastocado mi perspectiva en torno a la Realidad, como jamás
antes había sucedido.
Caminar en pasos silenciosos y
abandonados, acompañado sólo por el perro al que le gusta subir a lo alto de la
montaña, como si tuviera plena percepción de la Belleza, y admirar únicamente
amaneceres rotos.
Es lo único que queda de lo que
alguna vez fue. De lo que alguna vez tuve.
Y ahora escucho melodías tristes.
Todas han perdido —me parece— su alma humana, esa Luz y falsa
seguridad de ser siempre intocables y eternos.
He perdido la Ilusión de un mundo
pleno, libre y feliz.
Me ha abandonado la estabilidad
que representaba tu sola compañía.
Tu Silencio prolongado ha roto la
Esperanza de vivir acompañado, comprendido, aceptado al fin.
Sólo miro Oscuridad.
He mirado descender desde el
Ocaso del Oeste, frustrado e impotente, a la Muerte, serena, fría e implacable,
tomando paciente y delicada mi cuerpo y ser entero, mirándome a los ojos con su
penetrante y eterno Vacío existencial como un par de agujeros negros que han
atravesado mi alma, dejándome intensos derrames rojos en el ojo del costado donde
me ha mirado, compartiéndome que en estos tiempos las partidas inminentes, son circunstancias
que no pueden detenerse.
¿Hay acaso un Plan Divino más
allá de todo lo que acontece?
Es entonces que me sorprendo en
medio del Temor, la Soledad y el Alba, abrazándote fuertemente. A ti, a ustedes,
a nosotros, y a todos ellos.
En lo alto del cerro, antes de
que el perro testarudo por fin descienda a la Realidad, abrazo a la Ciudad
entera, y le pido, conmovido, seamos conscientes, hermanos y fuertes, para
salir de esto, de aquello, de lo que aún falte.
Y en mi mente y corazón, expreso,
desesperado, el mensaje que anida ahí, arribado desde no sé qué lugar, u origen, si
sea mío o sea ajeno, divino o humano, que simplemente reza:
`Por favor, sigue las luces
que te envío a cada momento.
¿Es que no entiendes?
Yo sólo quiero salvarte...,
porque te amo más que antes´.
Escucho:
True illusion | Written in
the stars | More || Vertical Horizon
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