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jueves, 18 de julio de 2013

Espacios pasados...

Desde que mudé de residencia, muchas han sido las experiencias vividas. Cuando abandonas un sitio, para arribar a otro, una serie de circunstancias transforman tu existencia.
Así, ese día frío y solitario, de elecciones, en mi país, me dispuse a salir y ejercer el voto, por segunda ocasión, desde la llegada al nuevo hogar.
El día era nublado, helado en sobremanera. Las calles desiertas. Sin movimiento, ni barullo.
Salí temprano no eran ni las ocho y media de la mañana cuando emprendí el camino hacia la urna, ubicada cuadras arriba del sitio donde vivo.
¿Qué fue lo que despertó el viaje en retrospectiva?
El nulo movimiento urbano, el frío, la melancolía de la mañana. No lo sé…
Fue así que descubrí esa vista, panorámica de un sitio, un espacio urbano, que simplemente había desaparecido de la memoria.
Ese parque, con sus colores distintivos. Ese mobiliario… La configuración espacial, incluso.
Un sitio que sirvió de refugio durante los días de adolescencia. Donde aprendí a jugar basquetbol. Donde escapé con los amigos en más de una ocasión.
Un rincón de charlas, de pláticas, de reuniones entre miembros de nuestra pandilla, y en donde vivimos tantos y tantos atardeceres.
Ahora, visto a la distancia, me trae absolutamente todos los recuerdos de los momentos en él experimentados.
Y es que cada tarde con los amigos, cada salida de casa por breves horas para jugar, charlar, caminar… era la solución perfecta para los problemas.
¡Qué iluso! O más bien, qué problemas insignificantes los que vivía yo por aquella época.

En fin… La ciudad siempre presente, conteniendo tus memorias, registrando tus recuerdos, para que algún día puedas acceder de nueva cuenta a ellos, y vivirlos una vez más.

Escucho:
Sólo el amor nos salvará [Dueto con Malú] / Aleks Syntek

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