Escucho una balada de rock & roll, mientras publico una reflexión en red social, a la que Oswaldo minutos después, me pregunta cómo se puede comenzar a hacer un cambio.
Mi labor y Fe siempre han estado puestas en el desarrollo humano. Treinta años desde el primer sismo del que tengo memoria, y cientos de años desde otros sismos devastadores, y seguimos cayendo en el mismo error. Todo se transforma, menos nuestra Educación institucional. Cualquier conocimiento técnico o cognitivo no será suficiente tras los eventos naturales, que siempre van a superarnos, no importa la Tecnología o el conocimiento profesional que acumulemos.
Mi labor y Fe siempre han estado puestas en el desarrollo humano. Treinta años desde el primer sismo del que tengo memoria, y cientos de años desde otros sismos devastadores, y seguimos cayendo en el mismo error. Todo se transforma, menos nuestra Educación institucional. Cualquier conocimiento técnico o cognitivo no será suficiente tras los eventos naturales, que siempre van a superarnos, no importa la Tecnología o el conocimiento profesional que acumulemos.
El desarrollo humano, al
contrario, integrado adecuadamente a la formación profesional, nos enseñará a
mediar comportamientos, organizarnos como sociedades, y romper paradigmas
culturales y humanos. Piénsenlo. Todos nuestros problemas comienzan porque cada
uno de nosotros actúa desde sus propios intereses y trincheras (personales,
comunitarios, políticos, religiosos), y desde el egocentrismo y el consecuente
protagonismo (pareciera que describo mi país).
Las formaciones profesionales,
técnicas, especialidades, posgrados, doctorados, deben ser diseñadas desde la
base humana, coronadas por la perfección en el conocimiento. Nunca al revés.
Me ha quedado claro, que nuestra
educación cultural (desde casa) es mediocre de igual manera, porque se espera
que las personas sean educadas en las aulas en todos los sentidos, por lo que
somos incapaces de mirar nuestros personales errores y aprender a trabajar en
conjunto, para trascenderlos. Lo único que sabemos es culpar a los demás.
Ejercicios como éstos, como los
desastres que vivimos ahora, son perfectos para integrar la Educación personal, cultural, institucional, a la realidad, concentrando y enseñando a los profesionistas de
toda naturaleza, pero sobre todo, a los seres humanos, a ser empáticos, a fallar, a vivir desastres y frustraciones que nos sobrepasen, que son parte inherente a la
realidad (personal y profesional) para despertar su sensibilidad y consolidar
sus conocimientos y sus actitudes y comportamientos en estados límites, pero ese ideal es imposible culturalmente
en nuestro país, porque se prepara a las personas para tener éxito, jamás para
trabajar colaborativamente con sus prójimos, y la idea de tener éxito, es
ignorar en la medida de lo posible, las ideas, realidades y objetivos de
quienes nos rodean.
No es necesario que haya desastres para aprender. Las necesidades de las personas siempre estarán ahí, la labor del gobierno siempre necesitará apoyo porque será sobrepasado, y las instituciones civiles y las instituciones educativas siempre tendrán oportunidades de unir sus objetivos y metas. Los motores de todos ellos, son las mentes y las visiones humanas, individuales y colectivas.
No es necesario que haya desastres para aprender. Las necesidades de las personas siempre estarán ahí, la labor del gobierno siempre necesitará apoyo porque será sobrepasado, y las instituciones civiles y las instituciones educativas siempre tendrán oportunidades de unir sus objetivos y metas. Los motores de todos ellos, son las mentes y las visiones humanas, individuales y colectivas.
La semilla de ese cambio se
encuentra en cada uno de nosotros, irónicamente hablando.
En fin, sólo es una respuesta más larga de lo planeado, a un sencillo cuestionamiento.
En fin, sólo es una respuesta más larga de lo planeado, a un sencillo cuestionamiento.
Imagen utilizada, tomada de la liga:
Escucho:
I am a river | Foo Fighters
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