La Vida –he comprendido– se
manifiesta de muchas maneras.
El Tiempo –por ejemplo– posee diversos ritmos en su latir.
Cada ser humano –doy testimonio de ello– afronta sus circunstancias y
vivencias en tiempos, en ritmos únicos y determinantes.
Calles, avenidas, trazos urbanos,
recorridos, panoramas visuales, son testigo de nuestro crecimiento y
desarrollo. El cúmulo de recuerdos, de memorias concentrados en ellos, nos
permiten valorar cuánto hemos andado, cuánto hemos cambiado, y lo diferente que
ahora somos.
Los ciclos deben cerrarse para
dar pie a nuevos. Las postales ancladas en la memoria permanecerán, y serán
parte de la colección de experiencias acontecidas.
Para continuar andando, en
ocasiones se debe volver sobre los pasos, sobre los caminos andados, respirar
ese ambiente una vez más, abrazarlo, despedirse sin rencor, vergüenza o ira, y
dejarlo ir.
Sólo así es posible andar sobre
las veredas nuevas. Sólo liberando el peso de lo acontecido, seremos capaces de
encontrar la guía hacia nuestro verdadero Destino.
Escucho:
Leaving so soon? | Keane
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