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domingo, 20 de noviembre de 2011

Mis días en la preparatoria...

El Tiempo acontece.
Muchos lo olvidamos.
Cuando nos percatamos, nuestra Vida ha caminado unas cuantas millas, así que voltear hacia atrás es una rara sensación.
Ayer tuve una reunión con antiguos amigos, todos ellos del bachillerato.
Es bizarro reconocernos, nuestras existencias en diversos rumbos, pero hablándonos como si hubiera sido ayer que dejamos de vernos.
Inevitable es -cliché de la vida de muchos, seguramente- hablar de quienes están, recordar a quienes no están, y llegar a casa al final del día para pasar lista por todo lo vivido durante ese ciclo de nuestra existencia.
Es grato estar entre amigos. No tienes nada qué probar, nada de qué presumir. Nos conocimos en un periodo donde simplemente éramos, me refiero, soñábamos ser algo, pero disfrutábamos esos días sólo viviendo sin sentirnos preocupados por el mañana, un mañana en el que hoy estamos, mirando atrás, riendo y recordando todo lo que aconteció, y que compartimos con una serie de personas que, al paso de los años, sigue creyendo, nos sigue conociendo tal y como siempre fuimos: nosotros mismos.

Extraño es hablar desde el pasado, pero puestos en el presente, con las habilidades y profesiones que desarrollamos al paso del Tiempo, para planear el futuro.
Contacto no perderemos, eso es seguro.
Los días, esos días lejanos, han quedado atrás.
No lo digo en calidad de lamento, sólo con un cierto timbre de melancolía.
La Música -a pesar de lo que pase- continuará componiéndose y sonando, para construir nuestra Vida.
Nuevas melodías vendrán, nuevas propuestas, nuevos horizontes.

Hoy, esta reunión ha despertado las memorias de ese periodo, con las melodías gratas al fondo, para sonreír, para recordar lo que se ha vivido. Cosas maravillosas que son parte de ti, y que te hacen ser -en mayor o menor grado- lo que hoy, al escribir estas palabras, eres.

Escucho: American woman / Lenny Kravitz

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