Una semana más, atrapado en las redes de la cotidianidad académica por azares del destino y las circunstancias.
En esta ocasión, he decidido moverme, caminar, jamás permaneciendo estático. Me percato que nunca lo estoy. Soy de las almas que prefieren morir en movimiento, que aguardar a que el silencio se transforme en muerte.
Encuentro entonces un rincón, un espacio distante y aislado, donde puedes ver, sin ser necesariamente visto. La gente va y viene, mientras comienzo el penúltimo mes del año escribiendo una nota desde la penumbra de un día gris.
Acabo de encontrar a dos estudiantes, con los que he cruzado algunas palabras. Me da gusto mirar sus sonrisas, su mirada contenta y serena al encontrarme. Y yo a ellos.
Los colores de la imagen que acompaña a estas palabras son las tonalidades que se miran en la realidad. Me sorprendo que la cámara sea capaz de captar la esencia del momento.
A pesar de las personas y el bullicio, silencio.
A pesar de la luz cálida del sol que se cuela a través del espacio, frío.
A pesar de vivir en soledad, tu recuerdo y espíritu me acompaña.
Esperen, alguien se acerca… más de lo normal, a punto de arribar a este rincón momentáneo.
Bueno, el objetivo ya se ha cumplido: retratar un instante cotidiano, desde una perspectiva personal.
Escucho desde iPod: Where is the love? / Black Eyed Peas Feat. Justin Timberlake
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