Este periodo entre semestres me ha permitido ofertar un
curso que no había dado con anterioridad: Teoría
del Diseño II.
El trabajo teórico y la reflexión práctica con el genial
grupo con quienes he trabajado durante las últimas cuatro semanas laborales, me
ha brindado la oportunidad de construir nuevas
herramientas cognitivas para leer y comprender el espacio arquitectónico.
El reto -para mí- al aceptar dar una asignatura en
curso que no he dado antes, es generar conocimiento nuevo, que sea la base para
la investigación de cómo la Creatividad puede
utilizarse dentro del proceso de diseño
arquitectónico.
En varias notas esbozaré las conclusiones a las que hemos
llegado en torno al análisis de la Teoría
del Diseño, como herramienta de valoración y estudio de la Arquitectura.
Y es que diseñar -como arquitectos que somos- no significa únicamente realizar
obras bellas o majestuosas que se cuelen en la memoria colectiva de la
sociedad. Considero que una parte emergente
de la práctica profesional del arquitecto es consolidar nuevas maneras de
comprender la Arquitectura,
utilizando herramientas multi disciplinares, para generar conocimiento que
permita concientizar en torno al
proceso de diseño, y el respeto y adecuado tratamiento de la Arquitectura
contemporánea.
En notas anteriores hablaba de cómo la Arquitectura define
lo que hacemos, pensamos, lo que somos. Eso es posible -precisamente- porque el
proceso de génesis de dicha
Arquitectura tuvo como punto de partida necesidades,
requerimientos físicos, psicológicos, sociales o espirituales de una persona o
grupo de personas. Proyectar espacios para satisfacer actividades humanas no se
queda simplemente ahí, los espacios deben expresar
la esencia de quienes lo solicitan. La Arquitectura se transforma en un
medio de dejar implícito en la realidad, los pensamientos o valores del Hombre, por medio de la trascendencia conseguida a partir de la perpetuidad de las actividades humanas
valiosas que definen y dan sentido al grupo social.
Partiendo de esta premisa,
la Arquitectura tendría una serie de mensajes, de ideas, de valores que
reflejar. Es decir, mostrar las acciones representativas de la sociedad [grupo
de personas o persona individual]. Si pensamos en cualquier profesión o
actividad, ésta siempre tendrá algo qué decir. Un médico -por citar sólo un ejemplo-
deseará un espacio para almacenar sus libros o colocar los reconocimientos o
títulos médicos que dan validez a la calidad de su desempeño, o quizá desee en
casa, un espacio para recibir pacientes graves, sin alterar el orden u
organización de su rutina personal o familiar.
La configuración del espacio, automáticamente, al permitir
realizar la actividad buscada, definirá aspectos que identifican o caracterizan
al médico en cuestión, además de lecturas cognitivas
en las personas que visiten y conozcan el sitio.
La lectura espacial -entonces- se convierte en un diálogo dinámico entre varios miembros que
interactúan. Cada lectura dependerá, no sólo de los elementos originales que el
diseñador del espacio puso ahí acorde a la naturaleza de la necesidad base,
sino que se verá altamente definida por la experiencia personal de cada
visitante o habitante, o simple lector del espacio.
Los conceptos vistos en clase, en el curso inter semestral,
no son herramienta -por sí solos- suficiente para comprender la
Arquitectura.
Entender la Arquitectura desde el doble sentido de la
lectura, es indispensable para la formación del arquitecto. El error más común
cometido por muchos catedráticos, arquitectos o instituciones educativas -incluso- es analizar y tomar como válido el proceso de diseño como
generación de la validez en las obras arquitectónicas. La interpretación,
posterior a la construcción, es la retroalimentación que sufre la Arquitectura
a través del Espacio y Tiempo, y que define -necesariamente- su
nivel de trascendencia.
Considero que los planes de las Licenciaturas en
Arquitectura ofertadas por las instituciones educativas, deben prestar atención
a la flexibilidad definida por el diálogo dinámico en dos sentidos, que
brinda mayor apertura a la comprensión de la Arquitectura, considerando el
proceso de diseño no sólo desde su fase de génesis, sino tomando en cuenta su
complemento: la valoración semántica
pragmática, dada no sólo por los especialistas disciplinares, sino por las
diversas lecturas humanas que el espacio generado, despierta, basadas en la experiencia individual o personal.
Imagen diseñada por:
Juan Gabriel Silva Martín, estudiante de la Licenciatura en Arquitectura de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo
Escucho:
Mothers
pride / George Michael
Explosions
// Your song / Ellie Goulding
The passage
of the marshes / Howard Shore
Muy interesante análisis sobre entender la arquitectura, desde tu punto de vista.
ResponderEliminarTe recomiendo " Entender la Arquitectura" de Peter Zumthor, estoy seguro que te sentirás identificado con la manera en que el ve la arquitectura.