Llego al atardecer al espacio personal, tras un nuevo día,
de un ciclo que comienza, una vez más.
En esta ocasión, invadido tal vez por un dejo de melancolía.
¿Cuántos ciclos han transcurrido?
¿Cuántos más han de
transcurrir?
La tarde cierra aquellas horas de labor. Tiempo que en
verdad disfruto, como si fuera mucho más que un simple trabajo.
Siempre lo ha sido para mí. Más que eso.
Una imagen gris que se ilumina por el azul tenue del cielo
del ocaso, que impresiona, y arranca un suspiro.
Y es que el Tiempo
parece eterno, y nuestro existir
humano tan limitado.
A veces me pregunto si el esfuerzo realizado en realidad
trastoca en lo más mínimo la cotidianidad, mía y de aquellos que me rodean. Y
la de los que no me rodean, también.
Al final –comprendo–, todos somos parte de un mismo
camino, de un solo Destino.
Gracias a Blanca
Rodríguez por la bella sonrisa que compartiste hoy conmigo. No lo sé. Has
iluminado algo dentro de mí, como el azul hermoso que cobija e ilumina el
panorama triste y gris que me rodea.
Mucho en qué pensar. Mucho qué sentir…
Escucho:
I will
follow you into the dark / Death Cab for Cutie
Let it
slide / He used to be a lovely boy // Keane
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