Es la primera vez que mi hermano
y yo compartimos la mesa de preparación de alimentos en la cena de Nochebuena. Con Música de fondo, a
cargo de George Michael, él prepara
el postre, mientras cocino el espagueti, para después dar pie al álbum genial
de Radiohead: Kid A.
Una mesa pequeña es sólo un
símbolo, una analogía. Es un sitio donde la preparación, la confección de
recetas, la unión de platillos, y la comunión de intereses y experiencias tiene
lugar.
La cena de Nochebuena es la
oportunidad para compartir alimentos, tiempo, palabras y compañía con la
familia y los seres amados que han estado con nosotros a lo largo de los
últimos meses, o bien, que han estado en pensamiento y en esencia, y cuya
presencia se convierte en bendición por estas fechas.
Como sea, es grato cocinar en
compañía.
Muchos años la mesa fue el
espacio solitario al cocinar en esta noche, ahora me alegra enormemente estar
acompañado. Comprendo por qué la abuela materna era tan feliz. En su cocina
solíamos concentrarnos todos cada Nochebuena. No importa si cocinábamos o no,
verla cocinar y ayudarle a hacerlo, fue una enseñanza de armonía que comprendo,
años después, que merece la pena rescatar.
La Vida está hecha de analogías. Compartir es el común denominador, en
muchas de ellas.
Imagen editada, original tomada del material del sitio:
Escucho:
Get me out of here / Paul
McCartney
Paradise / Coldplay
British summertime / Everything but the Girl
Poses / Rufus Wainwright
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