Siempre he creído en las sincronicidades de la Vida y del
Universo. Absolutamente todo tiene una razón de ser, y todo se encuentra
conectado de maneras que no alcanzamos a vislumbrar a primera vista.
Tras recibir un diagnóstico
médico sobre una degeneración crónica en mi cuerpo, debí tomar la decisión más
difícil de mi vida hasta el momento. Tres semanas después de concretar la
decisión, encontré la oportunidad de volver a la actividad que abandoné hace
tiempo: la escritura. El texto fue a
concurso, una convocatoria que abría la puerta para escribir en torno a la
consciencia social relacionada con el cáncer, en los niños y jóvenes, y, tras
varios meses de espera tras el envío, el cuento no fue elegido entre los
ganadores.
El tema que lo inspiró, tenía que
ver con la afección que mi cuerpo padece, y el mismo cuento es una especie de
libro guía sobre cómo aceptar un diagnóstico que pone tu bienestar físico y tu
vida en peligro.
Muchos meses después de
escribirlo, comprendo la manera irónica del Universo, ya que el texto se
convirtió en las propias respuestas que yo mismo buscaba en otros sitios,
ambientes y plataformas, inútilmente, con respecto a mi situación anímica y de
salud física. ¡Qué tonto! La respuesta siempre había estado ahí, delante de mí,
yo mismo la había escrito, sin saberlo siquiera.
En las recientes semanas, retomé
el texto, lo leí de nueva cuenta –con
la objetividad que la distancia te brinda–
y decidí re-trabajarlo, no en la parte escrita, más bien en la parte visual.
Con muy poca experiencia en la
ilustración y en el dibujo infantil, acepté el reto.
Es así que el Guerrero Coyote, el protagonista de
esta peculiar historia, ganó su primera ilustración en una serie de cuentos que
escribí tras enviar el primer texto a concurso, donde su presencia se apoderó
de mi subconsciente, y obtuvo su propio relato, una especie de precuela donde se narra su origen.
El cuento original –de nuevo en mis manos tras no ganar en
el concurso– me inspiró a proseguir
la lucha por la trascendencia de mis personales circunstancias, utilizando
lápiz, papel digital y un dispositivo inteligente, además de imaginación y
destreza en el dibujo, que no tenía antes de afrontar el reto.
Las primeras imágenes han cobrado
forma y color, y prosigo con la meta: ilustrar la travesía de Guerrero Coyote, símbolo de Valentía,
Destreza y Perseverancia.
Comparto con ustedes uno de los
tantos bocetos preliminares, que nacen durante el día, a veces durante la
noche, y que motivan la imaginación, dando vida a un guerrero que no se da por
vencido jamás, hasta mirarse ilustrado en el relato que lo contiene.
Escucho:
Sheep | Sorrow || Pink Floyd
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