Los fines de año siempre traen consigo cierta carga de melancolía por los cierres de periodos, despedidas y ciclos que quedan irremediablemente atrás, con reflexiones en torno a lo que ya no será más, dejando en el pasado una porción de nosotros mismos que significa tanto.
Recapitulando virtualmente en los archivos digitales, encontré la presencia visual de un grato amigo mío y ex-tutorado: Salvador [Chavo] Téllez.
En días pasados consolidó una de las etapas de su vida profesional, lo cual me llena de profunda alegría y orgullo. Es una persona genial, honesta y que -siempre, lo sabes Chavo- contará con mi confianza plena. Te felicito mi querido amigo.
Aún mantenemos contacto vía comunicación -cuasi- instantánea, y charlamos e intercambiamos ideas en torno a tantas cosas. Él es amante de la fotografía y vive la Vida desde una perspectiva visual hermosa y fantástica.
Por eso deseo compartir con ustedes un poco de su visión, en esporádicas imágenes que publicaré en las notas de Architectiak, como escenario hermoso de todo aquello que acontezca y que inspire mi diario actuar.
Gracias Chavo por tu amistad sincera. Un abrazo enorme.
Escucho: Angel don´t cry / Toto.
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