Sentado en un café, en un ambiente plácido y nocturno, charlando con un amigo, escucho en la lejanía, en medio, perdiéndose entre los sonidos de las copas, de los platos que se sirven, de las pláticas de las parejas, de los amigos o simples conocidos, las notas de la melodía que reza… `Come on, come on, come on… When a moment… a moment changes everything…´. No es coincidencia, que esta canción de uno de mis autores favoritos cobre vida en medio de ese momento en específico… Lo que sucederá minutos después es lo que realmente importa en esta noche.
Reflexiono sobre lo que hace buena a una persona. Sobre aquellas condiciones o circunstancias que la convierten en esa persona, de moral intachable, de actuar correcto e impecable… El pasado -muchas veces- es un tropiezo en el camino, que te hace ser lo que hoy en día -mientras escribo estas notas- eres.
Rara vez -por no colocar sobre la mesa del café la palabra nunca- mostramos a los que nos rodean, quiénes somos realmente. ¿Qué hay detrás de una persona, de la que siempre has escuchado los mejores -y excelentes- comentarios? Y -el sutil y obligado cuestionamiento-… ¿Qué opinas ahora que conoces lo que ha sucedido -exactamente- en ese pasado suyo?
Un momento lo transforma todo.
Un simple juego de lugares, personas y segundos o simples minutos -conjunto de aspectos que denominamos circunstancias- que parecen -y en realidad lo hacen- trastocarlo todo. Después de ese evento [transcurrido en el lejano pasado, pero tatuado en la piel de tu existencia para siempre], la vida es por completo diferente. Tras el momento, una serie de hechos harán de ti una persona completamente diferente a lo que antes de ese momento, eras.
No esperas que nadie jamás comprenda. No es una opción que atraviesa por tu mente, ni tras el momento inmediato, ni muchos años posteriores a él. Un simple momento… un instante, si consideramos que tu vida es una infinidad interminable -permítanme el estúpido vocablo- de esos momentos, comparados con el momento mismo que todo lo ha cambiado, y que puede convertir lo que hasta antes era, en aquello que jamás -lo comprendes al lento paso de los años- será…
Y -a pesar de lo que representa vivir con ese instante- tras haberte repuesto, levantado penosamente, y continuado -irónicamente, piensas- con tu vida, en el fondo no te hallas seguro si eso te hace una buena persona. Si eso te hace mejor de lo que hubieras llegado a ser.
Entra en la ecuación la variable metafísica -cuasi cuántica- de lo que pudo haber sido. Esa línea filosófica/temporal donde reconstruyes lo que es de tu vida, si ese momento que lo cambia todo, no hubiera acontecido jamás…
Cuando un momento lo transforma todo…
No hay nada posible qué ocultar,
el sentimiento se torna de cabeza…
Jamás hubiera experimentado lo que tengo, tan cerca, como ahora,
jamás hubiera sentido que debo huir, tan lejos -de mí mismo-.
Cuando un momento lo transforma todo…
¿Qué te queda por hacer?
Rogar. Soportar. Aguardar y esperar que todo sea lo más cercano a lo que hubiera sido. Pero sabes que la distancia en tu persona es similar a un oscuro abismo, que no podrás salvar jamás… Entonces -te preguntas con voz lastimosa- ¿qué demonios haces sobre la faz de esta Tierra…?
Es un cuestionamiento al que no te corresponde hallar respuesta… Es como la esencia de ese cuento que escribí hace tiempo, donde le preguntas a tu Ángel de la Guarda por qué, después de todo lo vivido, mereces un lugar en el cielo azul y claro…
¿Acaso existen en la Tierra los ángeles de guarda…?
Sentado en un café, escucho en la lejanía, las notas de la melodía que reza… `A moment changes everything…´.
Y… posterior al momento tras esas notas, y haber descubierto de nueva cuenta la apesadumbrada historia detrás de ese momento que lo cambia todo, identifico un sutil instante -serie de minutos perdido en una plática nocturna, coronada por la luna llena y un corazón puro que me acompaña- que ha inspirado las presentes líneas… ¿Estas palabras que salen de mí esta noche me hacen una mejor persona de lo que era antes de recordar ese horrible momento en particular…?
Escribir -lo he descubierto esta noche- ha sido esa sutil compañía que Dios envió para mantenerme vivo. Nunca he estado solo. Esta noche. Estas lágrimas. Este fuerte, sólido y sincero abrazo tuyo. Eso es lo que me ha tomado descubrirlo.
Y este momento en compañía, que acaba de acontecer y que inspira las letras que hoy finalizo…
Es eso… Es algo genial y único. Es un momento -uno nuevo, hermoso y diferente a lo antes vivido-… un momento que lo cambia todo…
Escucho: A moment changes everyting / David Gray.
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