Las últimas horas han dejado eventualidades de índole personal. No ha sido sencillo enfrentar la crisis y todo aquello que se le relacione.
Tras poco más de cuarenta y ocho horas de intensa lluvia, el espíritu mermó hasta su límite.
Hoy, tras el amanecer que no auguraba buenas nuevas, he salido en repetidas ocasiones a mirar esa vista que me queda hacia el noroeste, cual fotografía de pueblo, para mirar los desastres.
He escuchado a las ranas emitir su intenso `croar´, a la par que el cielo se ha abierto para dar paso a los primeros -y aún débiles- rayos de sol, que lucha por vencer ese ambiente lúgubre y denso.
Seguro estoy que no fui el único que emitió un grito de júbilo al recibir en la propia piel ese calor natural -con las voces armónicas de la Naturaleza como fondo- a pesar de que las intensas nubes aún permanecen.
El clima continúa aún dominando nuestra existencia, y nada podemos hacer al respecto...
Escucho: Walking wounded [Omni Trio Remix] / Everything but the Girl
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