Hoy hace tres meses y medio que se inició el reto de intervenir arquitectónicamente lo que he
denominado `Casa Ciprés´. El proyecto fue un reto en sí mismo por haberse
abordado sin contar con planos arquitectónicos guía.
Dentro de la actividad profesional he encontrado este caso
en varias ocasiones, y he aprendido a afrontarlo. Son proyectos que me han
dejado gratas satisfacciones.
Estamos a punto de concluir la presente intervención.
He aprendido en demasía. Se trata de una casa antigua.
Vieja, que data de los años cuarenta, cuyos cimientos e historia se remontan
incluso a principios del siglo pasado.
Otro aspecto digno de rescatar: un espacio que formó parte
de mi vida, en algún grado.
Ha sido desgastante estar inmiscuido en esta obra en
particular, pero afortunadamente cuento con un equipo de trabajo excelente, que
ha sabido llevar la obra, y tomar las decisiones acertadas.
¿Por qué me gustan este tipo de proyectos, remodelaciones
arquitectónicas sobre la marcha?
Son casos -si es
que se visualizan a distancia, antes de aceptarlos- donde los dueños del espacio saben perfectamente lo que quieren.
En este proyecto en particular, las ideas y la concepción y
fundamento no son míos. Como arquitecto, me gusta abordar estos retos porque
son los dueños quienes conciben y dan forman al espacio, y mi intervención es
sólo la guía que materializa sus ideas.
He aprendido a realizar varios tipos de proyectos. Un
arquitecto puede realizar aquellos donde la concepción y la esencia del proyecto son producto de su creatividad, generando propuestas donde
es posible plasmar su idea completa en torno a su teoría y comprensión espacial.
Estos proyectos son los que la mayoría de los arquitectos anhela, porque nos
llevan al estrellato arquitectónico y al reconocimiento y fama.
El resto de los proyectos son una interacción en diferentes grados, entre el genio del arquitecto, y
las necesidades y creatividad de los dueños del espacio.
En lo personal me agrada abordar los proyectos donde el
dueño se inmiscuye por completo, donde funjo como asesor teórico/técnico/constructivo
para diseñar espacios cuya concepción
es completamente distinta a la mía. Son proyectos donde aprendo en sobremanera,
más que un proyecto donde soy yo quien lo define todo.
En estos casos disfruto mucho compartir otra visión,
distinta a la de un arquitecto, porque esta postura multidisciplinar me retroalimenta de maneras increíbles.
En la Casa Ciprés,
el concepto teórico es la Actualización,
entendida como la transformación de las
necesidades antiguas, a ambientes, posturas y espacios actuales, que, lejos de
dar la espalda a lo pasado, lo rescatan para traerlo de nueva cuenta a la
actualidad, por medio de temas de diseño como la Tecnología, la Comunicación y
la Apertura virtual.
Los espacios, antes biblioteca y recámaras, mantuvieron sus funciones originales, anexando
aditamentos y elementos tecnológicos, como: controles
de luz, video proyección, sistema de telefonía y mobiliario versátil.
El resto del espacio, abierto y semi abierto, se
transformaron en elementos de transición,
tanto espacial, como visual, para proyectar hacia el interior
de la casa, una imagen de intimidad y
vanguardia. Una combinación un tanto disyuntiva/opuesta.
Elementos antiguos, como nuevos, conviven en armonía, en
ambientes donde los recorridos, las vistas [colores y texturas], y los sonidos,
definen al espacio, que es, en teoría, nuevo,
pero aún antiguo…
Escucho:
Blame / Everything but the girl
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