Hace tan sólo poco más de cuatro meses que concluí en
circunstancias extraordinarias, un tercer libro para publicación, que rompió
todos los planes y esquemas literarios
concebidos durante los últimos tres años.
Escribir es para mí la mejor de las sensaciones que he
experimentado.
En muchas notas he escrito al respecto.
Ahora -hoy mismo-, durante el acontecer de una tarde
gris, indecisa entre alimentar o no mi inmensa tristeza con su lluvia, experimento
una sensación extraña…
El anhelo de escribir, de hacer volar mi alma por medio de una
génesis literaria, ha regresado más
pronto de lo que creí.
Normalmente entre concebir un proyecto literario y el
siguiente, no acontecen menos de dos años de relativa serenidad. Es el proceso
de recuperar la normalidad una vez
que he culminado la travesía dentro de la Literatura, que es un proceso
sumamente doloroso y difícil, pero hermoso en sobremanera.
Cuatro meses han sucedido…
Y poseo conmigo de nueva cuenta esa sensación, sed de
escribir…
Jamás me había sucedido como hoy…
Inmerso en una intervención arquitectónica que me ha hecho
crecer como arquitecto.
En medio de una implementación
de un rediseño ambicioso a un plan de estudios, como catedrático.
Mi ser escritor demanda atención.
Por ahora no tengo nada claro. El tiempo no me lo permite.
Deberá conformarse con esta simple nota.
Pero eso significa que he externado el sentimiento, y, que,
por lo tanto, no podré ocultarlo más, por más que lo intente.
Imagen extraída de la
liga:
Escucho:
Shine on you
crazy diamond [Parts 1 – 5] / Pink Floyd
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