Bocetar es clave
en mí.
No puedo comprender la esencia de las cosas hasta haber
experimentado por medio del dibujo a mano alzada, la sensación de traducción de los conceptos a un
lenguaje personal y único, que mi mente sea capaz de leer, de aprehender.
Considero que el boceto a mano alzada –no interesa si es físico o con programas digitales pertinentes– es una manera que el arquitecto tiene para vivir su realidad,
y comenzar un proceso de metamorfosis que
inicia en un trozo de papel.
El boceto se convierte en la firma, en el sello, en la forma
personalizada que posee el diseñador,
para realizar la lectura de su realidad, para ejercer la razón y reflexión, a
través del involucramiento del cuerpo y de la mente, en un único fin.
En las clases que imparto, bocetar es una herramienta indispensable para cumplir con Objetivos de Diseño específicos, que tienen que ver con el entendimiento de lo que la Arquitectura representa.
Escucho:
Careful with
that axe, Eugene / Nik Turner
Expo sabre el arte maya, de clase :D!
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